Cuando la covid-19 llegó a Uruguay y todo se sumergía en una inesperada distopía, como pretendían algunos discursos, faltaba poco tiempo para que se iniciara el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay. Y como pasó con todas las actividades culturales, este tradicional encuentro cinéfilo, más conocido como el Festival de Cinemateca, tuvo que cancelarse. Pasaron muchos meses hasta que la crisis sanitaria se controló y el gobierno, y “el señor de las perillas”, no tuvieron más remedio que aflojar la cuerda y facilitar la reactivación progresiva de distintos sectores de la economía y la sociedad. A la cultura le tocó ser una de las “perillas”, pero la falta de comprensión de las dinámicas de sus distintas áreas -arte, cine, música, letras, teatro- que mostraron las autoridades competentes hizo de las suyas. Con protocolos sanitarios inverosímiles, poca capacidad para entender y planificar soluciones para la crisis económica que atravesaban -y atraviesan- los diversos actores culturales, la perilla cultural no terminó de accionarse bien y todo sigue en el popular “veremos qué pasa”.
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No obstante, Cinemateca Uruguaya siguió firme con su proyecto y logró reprogramar la edición número 38 del tradicional festival. Como lo explicó María José Santacreu, coordinadora de la institución, en reciente conferencia de prensa, este emprendimiento se concretó con mucho esfuerzo, sorteando las dificultades que crean el aforo muy limitado con el que se le permite funcionar, con un protocolo más estricto que el aplicado en actividades y ámbitos donde el riesgo de contagio es mucho mayor y con un alto número de funcionarios en seguro de paro.
Pese estas condicionantes, esta edición histórica se inaugurará el sábado 21 de noviembre y se extenderá hasta el cinco de diciembre, y promete tener el mismo nivel de las ediciones anteriores. La programación, que incluye 156 películas (con 83 largometrajes y 73 cortometrajes) de más de 50 países, se desarrollará en el complejo de salas de Cinemateca (Bartolomé Mitre 1236), en la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño, la sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta, la Sala Zitarrosa y, del circuito comercial de salas, en Life 21, Life Punta Carretas y Life Punta del Este. Los detalles de la grilla de exhibiciones, que, fiel a la tradición, es bastante intrincada, puede consultarse en el sitio web https://cinemateca.org.uy.
Veintiuno y cinco
Dos de las realizaciones cinematográficas que tienen especial interés en la programación del festival son las que se exhibirán en las jornadas de apertura, el 21 de noviembre, y cierre, el 5 de diciembre.
En el primer caso se verá La vida invisible de Eurídice Gusmão, que es el séptimo largo del cineasta brasileño Karim Aïnouz, y que mereció el premio Un Certain Regard en el Festival de Cannes de 2019. Este título, una adaptación libre de la novela homónima de Martha Batalha, propone una interesante vuelta de tuerca a las marcas distintivas del tradicional drama romántico. Su guion fue coescrito por Aïnouz, Murilo Hauser y la escritora uruguaya Inés Bortagaray; el elenco tiene como figuras principales a Carol Duarte y Julia Stockler.
La clausura del festival tendrá como protagonista a La virgen de agosto, del director español Jonás Trueba. Esta película, que obtuvo el premio de la crítica en el Festival de Karlovy Vary, se anuncia como una bella estampa urbana con ciertos aires de la nouvelle vague, ambientada en un tórrido agosto en Madrid, España.
En competencia
Este año, la organización del festival seleccionó nueve títulos para integrar la tradicional Competencia Oficial de Largometrajes Internacionales. A estas realizaciones se sumó uno más que integra la selección oficial fuera de concurso (los detalles técnicos de esta competencia pueden chequearse en el sitio web de Cinemateca). El jurado de la competencia oficial decidirá el Premio a Mejor película y Mejor dirección además del Premio Especial del Jurado.
Para la Competencia Iberoamericana de Largometrajes se seleccionaron ocho películas procedentes de Argentina, Brasil, Chile, Perú, España y Portugal, entre otros países. En esta programación figuran: De la noche a la mañana (Argentina, Chile) de Manuel Ferrari, Desterro (Brasil, Portugal, Argentina) de María Clara Escobar, La bronca (Perú, Colombia) de Daniel Vega, Las poetas visitan a Juana Bignozzi (Argentina) de Laura Citarella y Mercedes Halfon, Litigante (Colombia, Francia) de Franco Lolli, Los lobos, de Samuel Kishi Leopo (México), Planta permanente, de Ezequiel Radusky (Argentina, Uruguay) -un detalle no menor: esta coproducción argentino uruguaya fue la última película de la actriz y cantante argentina Rosario Bléfari, recientemente fallecida-, Por el dinero (Argentina) de Alejo Moguillansky y Zumiriki (España) de Oskar Alegria.
Otro de los focos atractivos de este festival es la Competencia de Nuevos Realizadores, que tendrá 13 largometrajes con muy distintos planteos estéticos que llegan, entre otros, de Kosovo, Panamá, Cuba, Uruguay (nuestro país estará representado por La muerte de un perro, ópera prima de Matías Ganz).
Dentro de la Competencia de Cine de Derechos Humanos, que incluye seis largometrajes, entre los que se encuentran trabajos recientemente premiados en Sundance o San Sebastián, se abordan temáticas como la denuncia histórica en Blanco en blanco de Théo Court, la represión sistémica del régimen sirio en Buscando al hombre de la cámara de Boutheyna Bouslama, los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar argentina en Responsabilidad empresarial de Jonathan Perel o la relación de una madre y su hija en un contexto hostil en Para Sama de Waad al-Kateab y Edward Watts.
En esta edición, el festival inaugura una sección dedicada al cine infantil, que contará con seis películas, cinco de ellas con competencia, y que provienen de Francia, Canadá, Brasil e Islandia. Como indica el comunicado oficial de Cinemateca, “las películas se exhibirán en idioma original subtituladas al castellano, porque la capacidad de disfrutar las películas libres de doblaje se adquiere desde la infancia y es un valor que el cine no debe desatender”. A destacar: el jurado de esta competencia estará compuesto por cinco niños y niñas de entre 11 y 13 años.
Panorama y ensayo de orquesta
La sección Panorama del festival tendrá más de treinta cortometrajes y seis largometrajes programados. Entre los primeros se encuentran: Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma, protagonizada por Adèle Haenel y que ganó el premio a mejor guión y la Queer Palm en el último Festival de Cannes; El cumple del uruguayo Carlos A. Morelli, La afinadora de árboles de Natalia Smirnoff (Argentina, México), La deuda de Gustavo Fontán (Argentina, España), Mirador de Antón Terni (Uruguay), de la que se realizará una función accesible con audiodescripción para ciegos, y Radio Silence de Juliana Fanjul (Suiza, México).
Como en años anteriores, la sección Ensayo de Orquesta vuelve a concentrar un conjunto importante de realizaciones sobre tópicos musicales. Uno de estos títulos es “Porque todas las quiero cantar”, la primera producción documental de la cantante y compositora rochense Florencia Núñez. Se trata una road movie en la que la artista recupera las canciones y los músicos que marcaron su historia personal. También se exhibirán Seis músicos y la ciudad, que retrata las influencias musicales de Ereván, una de las ciudades más castigadas de la Unión Soviética, pero también gran reservorio musical. Otra película que se destaca en esta sección es Si me borrara el viento lo que yo canto, en la que David Trueba realiza un fresco de la época franquista a través del cancionero y la vida del cantautor Chicho Sánchez Ferlosio.