El presidente Mauricio Macri bailó en un acto en Córdoba, pese a la crisis económica que llevó a la recesión, a la caída en el default, a la suba del dólar por encima de los 60 pesos, al incremento de la pobreza y a las pérdida millonaria de Reservas en el Banco Central.
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Al parecer el contexto crítico que vive el país le es indiferente al mandatario y se muestra como si nada pasara.
En medio de todo esto, Argentina vive su peor momento, en el cual movimientos sociales realizaron un acampe de 24 horas y la oposición busca declarar la emergencia alimentaria.
Los movimientos sociales levantaron la protesta frente al Ministerio de Desarrollo Social y en la semana continuarán las negociaciones por el envío de alimentos a los comedores, aunque con la decisión de volver a hacer un nuevo acampe la semana próxima en el caso de no tener respuestas.
La medida que evalúan para la próxima semana es una protesta más extensa, de 48 horas, aunque en algunas agrupaciones hablan también de tiempo indeterminado.
Los manifestantes pasaron la noche en carpas o a la intemperie, envueltos en frazadas. En el campamento hubo niños. Los encargados de comedores barriales, en su mayoría mujeres, desmintieron que, como sostiene el Gobierno, hayan recibido refuerzos de alimentos.