Las cifras del sondeo de Atlas Político, que consultó a 2.000 personas los pasados 1 y 2 de abril, arrojan un triple empate entre los brasileños que califican la gestión del ultraderechista como buena o excelente (30,5%), regular (32,4%) y mala o pésima (31,2%). Los que aprueban de manera más enfática al presidente ya están numéricamente por detrás de los que la desaprueban su gestión o les parece regular, según el citado estudio.
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El apoyo del presidente brasileño, que tomó posesión el pasado 1 de enero tras derrotar en las urnas a Fernando Haddad (PT, centroizquierda). En febrero, según la encuesta elaborada por la misma firma de análisis demoscópico, el 38,7% de los ciudadanos del país sudamericano valoraba la gestión de Bolsonaro como buena o excelente, frente al 29,6% que la consideraba regular y el 22,5% al que le parecía mala o pésima. La tendencia ha cambiado. Las cifras de esta oleada son incluso peores que los de la última encuesta del Ibope, que situaba la aprobación de Bolsonaro —personas que ven su gestión excelente o buena— en el 34%. Es un termómetro más de su desinflamiento, aunque las cifras no son exactamente comparables por las metodológicas entre ambos sondeos.
Atlas Político también pregunta al electorado por las principales propuestas del Gobierno brasileño. Los resultados tampoco son halagüeños para Bolsonaro y los suyos: el 50,7% está en contra de la ampliación de la tenencia de armas, frente al 41,6%, que se muestra favorable. En ese punto, sin embargo, los guarismos se mantienen prácticamente en el mismo nivel que en febrero, con una leve oscilación al alza entre los que están en contra. «Lo que ocurrió con la masacre en Suzano, en São Paulo, puede haber influido», explica Roman en referencia a la matanza en un instituto cercano a la ciudad más poblada del país sudamericano, que se cobró —a mediados de marzo— la vida de ocho personas y de los dos tiradores.
En materia de seguridad, no obstante, el barómetro de Atlas Político dibuja un escenario notablemente más reñido que el de otra casa de encuestas brasileña Datafolha. A la pregunta de si era necesario facilitar el acceso a las armas, el 69% de los encuestados por esta última empresa, afirmó no estar de acuerdo totalmente o en parte. Una de las primeras medidas de Bolsonaro fue un decreto que amplía el acceso a las armas. Sin embargo, en el sondeo de Atlas Político hay algunos indicios preocupantes para el Ejecutivo y también para el propio Moro: la mayoría de los entrevistados —casi siete de cada 10— considera que la delincuencia está aumentando, a pesar del discurso de línea dura del presidente y de que la disminución de la inseguridad fue una de las claves de su campaña.