Recanati llega con un sonido que abraza esa ironía tenue que aparece entre líneas, esa sensibilidad que respira en cada golpe rítmico. Su último adelanto, Submundo, funciona como declaración de principios: un descenso delicado y feroz hacia lo que vibra en las sombras, en lo que preferimos no decir pero igual nos quema.
En Montevideo, ese universo promete expandirse.
Sobre el escenario de Sala del Museo, Barbi instala un rito: la invitación a bailar en el borde.
Niña Lobo: la manada que crece
Junto a Barbi, la noche tendrá el impulso eléctrico de Niña Lobo, una de las bandas jóvenes más potentes del indie uruguayo.
Banda que nació en 2019 en Montevideo, con influencias que van del dream pop al grunge, del indie anglosajón a la melancolía rioplatense, las canciones de Niña Lobo avanzan entre lo íntimo y lo ruidoso con una sinceridad que se vuelve colectiva.
Su trayectoria ya es un mapa lleno de hitos: desde tocar en el Primavera Sound, Montevideo Rock, Cosquín Rock UY, hasta abrir shows de No Te Va Gustar en el Estadio Centenario, además de una gira por España junto a La Vela Puerca. Ganadoras del Premio Graffiti a Mejor Artista Nuevo (2020), la banda llega al 2025 con nuevas canciones —Algo tiene que terminar, Las canciones que cantamos, Flores celestes— y un público en crecimiento constante.
Niña Lobo trae un sonido que respira en capas: guitarras filosas, baterías que empujan hacia adelante, voces que atraviesan la noche como un hilo de luz. Canciones que nacen desde la emoción cruda pero encuentran forma en el ruido, en lo que vibra, en lo que se eleva sin pedir permiso.
Recientemente han lanzado nuevo trabajo llamado "Montevideo Despierta":
Un encuentro donde la música respira
Barbi Recanati y Niña Lobo comparten más que fecha: comparten sensibilidad, una forma generacional de mirar el mundo, cierta manera de entender que la música es un territorio donde la fragilidad se vuelve fuerza.
Ambas bandas escriben desde lugares distintos, pero se encuentran en un punto esencial: la intensidad.
La noche del 7 de diciembre será un abrazo entre esas dos energías.
Una conversación entre Buenos Aires y Montevideo, entre la memoria y el ruido, entre lo íntimo y lo colectivo.
Una invitación a que algo nos atraviese.