¿Cómo describirías el argumento de esta película?
"Mala reputación" es una película sobre una trabajadora que organiza a sus compañeras en un sindicato y, además, quiere salir de un trabajo que tiene una carga moral estigmatizante. Es una historia de vida y de lucha. No busca ser una película sobre el trabajo sexual.
Y cuando se prendieron las cámaras, ¿cómo abordaron la narración de una historia tan compleja y cargada de estigmas sociales?
Karina es una persona que tiene tantas aristas, tan polifacética, que pensar qué queríamos contar fue difícil. En un momento OTRAS empieza a tomar forma. Ella ya venía moviéndose por todo el territorio hablando sobre los derechos de las trabajadoras sexuales con sus compañeras, pero en un momento empieza a organizar de una manera más estructurada a sus compañeras. Y nos pareció que esa era una linda historia para contar: la creación de un sindicato muy particular, ya que ellas vivían en diferentes lugares del territorio, sin un espacio de trabajo en común, con problemas y conflictos que podían parecer individuales, aunque no lo son. Entonces esa colectivización de lo laboral nos gustó como posibilidad de contar esa historia. Un tiempito después, Karina empezó a intentar buscar otro trabajo, lo que también nos llamó la atención como parte de la historia que queríamos contar, ya que es un trabajo que, como la minería, se pone cuerpo y te expulsa rápido. Además, no es lo mismo querer cambiar de profesión cuando sos maestra que cuando sos trabajadora sexual. Con Karina vimos que no es fácil cambiar de profesión, hay un estigma con el que se carga. El tema del sindicato y el cambio de nos parecieron conflictos interesantes desde el punto de vista narrativo.
¿Cómo definieron los enfoques?
En relación al enfoque, nosotras desde el principio teníamos claro que no queríamos revictimizar. Karina y su universo vienen de una clase social concreta, sobre la que muchas veces hay prejuicios, no solo por el trabajo que realizan, sino también por la clase social. A veces se cuentan historias de personas que viven en situación de vulnerabilidad, oprimidas, y no queríamos caer en eso, en el prejuicio, en el estigma, porque sus vidas no son solo un drama, obviamente tienen mayor complejidad por la vulnerabilidad del sistema, la cotidianidad es igual a la de cualquier otra persona. Y para nosotras eso era importante: humanizar.
¿Cuánto duró el proceso total de producción del documental?
Contando los dos años que estuvimos generando el vínculo con Karina, fueron ocho años. En un momento dijimos vamos a hacer esta película, se lo propusimos, ella estuvo de acuerdo y desde ahí fueron seis años, tres de rodaje, un par de montaje y otro de postproducción. También nos agarró la pandemia y se enlenteció un poco.
¿Qué desafíos presentó capturar la lucha sindical de las trabajadoras sexuales en un entorno donde sus derechos son frecuentemente ignorados?
Fue muy fuerte porque cuando empezaron a organizarse no solo sus derechos como trabajadoras estaban vulnerados, sino también sus derechos como ciudadanas. De hecho, eso es algo que Karina compartía mucho con sus compañeras: que tenían que hacerse respetar por ser persona. En relación a cómo lo construimos, fue estando muy cerca de Karina, íbamos a los actos de Otras que iban surgiendo, los filmábamos, estuvimos desde el inicio muy cerca y atentas a lo que pasaba con el sindicato.
Con respecto al impacto del documental, ¿qué esperan que el público se lleve consigo después de ver Mala reputación?
Lo que a mí me gustaría es que la gente salga del cine con nuevas preguntas, eso sería lo más lindo. Y si con la película podemos llegar a correr un poco la mirada estigmatizante que tenemos como sociedad, sería maravilloso. Aunque sea aportar un granito de arena para eso.
¿Creen que puede contribuir al debate sobre los derechos de las trabajadoras sexuales?
Ojalá que también contribuya. Por suerte, Karina se ha ocupado de poner el tema de los derechos de las trabajadoras sexuales en Uruguay arriba de la mesa. Es algo que quizás en otros países no se habla tanto. En Uruguay, hay cierta discusión pública gracias al trabajo que hicieron ella y sus compañeras.
Tú te referiste al “universo Karina, ¿hay algo de ese universo que te sorprendió o que cambió tu perspectiva sobre el trabajo sexual?
Hay una frase que nos acompañó durante buena parte del proceso, de Virginie Despentes, que dice que el trabajo sexual es la única forma de explotación que inquieta a la burguesía. Eso es algo que encontramos muy presente en el universo Karina: mucho reparo, mucho discurso en relación a la moral del trabajo sexual como un trabajo de explotación. Ojalá que la explotación no existiera, pero vivimos en un sistema en el que la explotación está en todos los ámbitos. Por otro lado, si me preguntabas antes de conocer a Karina y de hacer esta película, capaz que te diría que soy abolicionista. Teóricamente tenía otras reflexiones sobre el trabajo sexual. Pero al conocer estas vidas, creo que es binarismo que hay entre el abolicionismo y el regulacionismo, desde donde se para el feminismo, deja gente afuera. Quizás hay que salir de esa discusión binaria y pensar que son personas que están ejerciendo un trabajo, nos guste o no, y que tienen derechos. Punto. Otra cosa que me llamó la atención, que lo comentamos en los rodajes, es que Karina y sus compañeras son brutalmente tolerantes. No importa quién sos, de dónde sos, ni a dónde vas. Nadie queda por fuera. Creo que tenemos que deconstruirnos todavía mucho en relación a las minorías de todo tipo, todavía nos cuesta aceptar ciertas identidades. Además, me parece que podemos aprender mucho ellas, que no tienen prejuicios.
Información técnica
La película se estrena el 29 de agosto en cines en Montevideo, Río Negro, Soriano, Colonia, Canelones, Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Rivera, Durazno, San José, Salto, Paysandú y Flores.
Dirección y guion: Marta García, Sol Infante
Producción: Micaela Solé
Coproducción: Carolina Álvarez, Natalia de la Vega
Montaje: Guillermo Madeiro, Verónica de Cata
Dirección de foto: Sol Infante
Sonido: Rocío López
Música: Lucía Trentini
Postproducción de sonido: Mariana Delgado
Color: Constanza Curia
Mezcla: Mercedes Tennina