Frente a esta tendencia, la Cámara Uruguaya del Libro reafirma la necesidad de defender el libro como bien cultural y al lector como protagonista de una experiencia que va más allá del objeto o el formato. “No es un formato en contra del otro —afirmó—, papel y digital pueden convivir, pero hay que cuidar las condiciones en las que se da esa convivencia”.
Crecimiento sostenido y nuevos nombres
Por otro lado Regalini destacó el buen momento de la literatura infantil en Uruguay, en sintonía con una tendencia global. “Es uno de los géneros que más se publica”, explicó. A la vez, señaló que la literatura juvenil aún se encuentra en una etapa más incipiente, aunque con un dinamismo prometedor. “Recién ahora están surgiendo más nombres de escritores jóvenes”. dijo.
A pesar de que gran parte del consumo juvenil aún se orienta hacia producciones extranjeras, la presencia de nuevas voces nacionales empieza a consolidarse. Según Regalini, este crecimiento también se refleja en la forma en que las y los jóvenes participan activamente de la feria, no solo como lectores sino como protagonistas que escriben, buscan lecturas propias y se apropian del espacio.
Regalini habló también del rol del libro en la construcción de vínculos. “No podemos delegar la promoción de la lectura solo a las instituciones educativas. Tiene que estar en la casa, con una mirada del disfrute”. En este sentido, considera que compartir un libro es también compartir un tiempo distinto, un ritual que permite generar vínculos familiares profundos y significativos.
“Un libro es también un lugar de encuentro con un autor, con un mundo imaginario, con otros tiempos. Puede ser un refugio, una herramienta para aprender o simplemente un placer”, afirmó.
Embed - Pasaron Cosas jueves 29 de mayo 2025. 23a. Feria del libro infantil y juvenil de Montevideo