El recuerdo de Maradona
El destino tiene esas cosas que hacen que lo que parece un hecho más, se convierta en un mensaje simbólico trascendente que vuelve más grandioso su recuerdo. Diego Armando Maradona salía de la cancha eufórico esa tarde en que su Boca le ganaba al histórico rival, River Plate, sin imaginar que nunca más jugaría un partido oficial y en su lugar ingresaba Juan Román Riquelme, una joven promesa que se convertiría después de Messi, en el tercer mayor referente de la grandeza del número 10 en Argentina.
En cada uno de nuestros países hubo nombres a la altura de esa camiseta, como Enzo Francescoli o Diego Forlán en Uruguay, Zico o Neymar en Brasil, el Pibe Valderrama o James Rodríguez en Colombia, Jorge "El Mago" Valdivia en Chile, Marco Antonio “El Diablo” Etcheverry en Bolivia, Teófilo Cubillas en Perú o Ricardo Enrique Bochini en Argentina, solo para nombrar algunos de los más grandiosos jugadores que se vieron con la número 10 en nuestras canchas.
Esos talentosos números diez lograron que todo niño de las viejas generaciones sueñe con jugar al fútbol, el más democrático de los deportes inventados por el ser humano, porque bastaba con verlos moverse en la cancha para darse cuenta que mientras el resto corría detrás de la pelota, ellos volaban.
En su nombre, y en el de Diego armando Maradona, el más grande de todos, el 25 de octubre debería quedar en la historia como el “Día del 10”, en honor a esos tipos que nos hacen soñar ser como ellos y, aunque sea por un instante, entender la metáfora que esconde aprender a volar.