“Las mujeres vírgenes (solteras) o que estuvieron casadas (divorciadas y viudas) de cualquier edad no podrán viajar sin permiso de su guardián masculino (padre, abuelo o hermano)”.
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Así ha lo ha dictaminado Hasan al Jojo, presidente del Consejo Supremo de la Sharía (ley islámica) en la franja de Gaza.
EL edicto con la prohibición, fue dado a conocer hace una semana, y según Hasan al Jojo, el mismo es fruto de su “preocupación”, “por el creciente número de muchachas que se marchan sin el consentimiento de sus padres”.
El dictamen en cuestión, supone que, en el caso de las mujeres casadas, estas solo podrían a donde les permitan sus esposos.
Las nuevas restricciones de la justicia islámica, controlada por Hamás, con respecto al movimiento de las mujeres, se produce en momentos en que estas buscan trabajo en el exterior luego de la reapertura de la frontera con Egipto
Gaza, recuerda el diario El País de España, ha sido declarada por Naciones Unidas, como “técnicamente inhabitable” y en ella “no hay adónde ir”.
Se estima que cerca de dos millones de palestinos viven hacinados en la estrecha franja costera de 365 kilómetros cuadrados, un hacinamiento que se agrava “desde 2006 a consecuencia del bloqueo impuesto por Israel, jalonado por tres devastadoras guerras”.
Hace menos de un año, en lo que fuera presentado como “gesto de buena voluntad” por parte de Egipto, ante las primeras elecciones legislativas en 15 años, fue reabierto “a comienzos de mes el paso fronterizo de Rafah, la única salida al exterior no controlada por las tropas israelíes”.
La decisión tuvo como efecto inmediato que “los hombres jóvenes empezaron a escapar de un enclave con una tasa de desempleo del 45,5%, que para los menores de 30 años se eleva al 62,1%”.
En la jornada de este martes, el magistrado Al Jojo, tuvo que hacer frente a una manifestación de protesta ante su oficina.
“Hemos acordado volver a redactar esta decisión”, expresó a la prensa, luego de las protestas que desatara la decisión de imponer un tutor a todas las mujeres de gaza.
A pesar de esta manifestación de posible revisionismo del dictamen, Jojo estimó que su decisión era ajustada al derecho islámico, señalándola como “equilibrada y conforme con las leyes religiosas y civiles”.
De acuerdo al edicto, la autorización que otorgue el guardián de la mujer “debe quedar depositada en el Consejo de la Sharía y los agentes de seguridad pueden exigir a las mujeres que viajen solas una copia del documento”.
La decisión del Consejo Supremo de la Sharía, informa el medio de prensa, “se ha producido en plena campaña para las legislativas palestinas, en las que los islamistas de Hamás aspiran a revalidar su hegemonía en la franja de Gaza”.
Dentro de sus aspiraciones, Hamas pretende “ampliar su influencia en Cisjordania, donde mantiene las riendas del poder el partido nacionalista Fatah, liderado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas”.
Luego de las últimas elecciones, Hamás consiguió el desalojo del Gobierno del enclave mediterráneo a los representantes de Fatah y actualmente las diferentes facciones palestinas intentan cerrar heridas para asegurar una adecuada organización de los comicios.
La vida en Gaza, para las mujeres, ha sido descrita por la investigadora de Human Rights Watch Rothna Begun, como de “un clima de conservadoras normas sociales”, donde predominan familias “más proclives a aplicar la prohibición de viajar a las mujeres”.
A pesar de ello, organizaciones palestinas de defensa de los derechos humanos, han expresado que “la resolución viola el derecho a la libertad de movimientos de toda persona mayor de edad recogido en la Ley Básica (texto de rango constitucional) palestina”.
En atención a ello señala la experta, “solo cabe aplicar restricciones de viaje individuales, que sean proporcionales y tengan base legal”.
“La sociedad de Gaza es tradicional, pero no tanto como la gente cree”, afirmó Bárbara Demurtas, delegada en Palestina de la ONG española Mundubat, luego de su primer viaje fuera del enclave costero desde el inicio de la pandemia.
“Después de las protestas, el presidente del Consejo anunció que iba a revisar el edicto, pero las organizaciones de mujeres de Gaza no tienen constancia de que se haya derogado e insisten en que no es jurídicamente aplicable”, señaló Demurtas, quien agregó “tanto las mujeres como los hombres quieren viajar para buscar trabajo, y eso no siempre está bien visto, especialmente si hablamos de las mujeres”.
En el enclave y debido a las fuertes restricciones sobre las mujeres, continuó señalando Demurtas, “son muy pocas las mujeres gazatíes, algunos centenares de cristianas y un puñado de laicas, las que no se cubren con el pañuelo o velo islámico”.
El nuevo edicto de Consejo de Sharía ha incorporado, para el caso de las mujeres, “un nuevo obstáculo en la complicada carrera para poder salir de la Franja”, expresó Amira Hass, corresponsal de asuntos palestinos del diario Haaretz, sin embargo “también ha suscitado una rápida condena”, con “y llamamientos a su inmediata rescisión por las organizaciones palestinas defensoras de los derechos humanos”.