El hospital Regional de Salto vive una situación compleja marcada por casos de revancha, persecución a profesionales, reducción de recursos humanos e irregularidades tales como la eliminación inconsulta de pacientes de la lista de espera para intervenciones quirúrgicas.
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Dicha situación tomó estado público mediante denuncias en los medios de prensa locales. Por ejemplo, el pasado 5 de marzo el diario Cambio publicó la denuncia de una mujer que señaló que “su madre de 84 años, estuvo internada en el mes de enero en Sala de Mujeres y allí se encontró que una de las enfermeras no usaba sobre túnica, guantes, ni tapaboca para atender a los pacientes, indicó además que la cantidad de usuarios y acompañantes que existe en dicha sala está fuera de lo que sugiere el protocolo de mantener una distancia prudente para evitar el contagio de covid-19”.
El establecimiento contaba con la denominada Unidad Docente Asistencial (UDA), la que además de realizar una tarea docente con la formación de profesionales, en particular cirujanos, desarrollaba un fin asistencial. Todos los viernes la unidad operaba a pacientes del hospital con un equipo propio. No obstante, fue cerrada por disposición de la nueva dirección del establecimiento, que asumió tras los cambios en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
La decisión de cerrar la UDA supuso dejar a un anestesista afuera. El hospital contaba con tres profesionales y “ahora hay tan solo dos”, dijeron a Caras y Caretas fuentes de trabajadores y usuarios.
Agregaron que a dos de los cirujanos formados en esta unidad no se les renovó el contrato con la Comisión de Apoyo para realizar horas y “pusieron en su lugar a otros”.
“Y no solo eso, sino que a su vez son beneficiados con guardias y ayudantías quirúrgicas en la mutualista local”, indicaron.
“Se operaba todos los viernes por la UDA. Eran operaciones de coordinación. Pero ese día se perdió porque el anestesista estaba contratado por la UDA, no fue contratado por ASSE. Se quedaron con un día menos de coordinación. Tenían dos días, los lunes por ASSE y los viernes por la UDA y ahora hay un día solo, con las consiguientes consecuencias negativas para los pacientes”, agregaron.
Hace unos meses circuló la denuncia de que el hospital estaba maquillando las cifras de intervenciones quirúrgicas dada la disminución de pacientes registrada. De acuerdo a la denuncia, “se estaban sacando casos de la lista de operaciones”.
Según indicaron a Caras y Caretas, “había que bajar la lista de operaciones, de cirugías impostergables y de repente empezaron a bajar en forma vertiginosa sin avisarle a la gente. Los usuarios seguían en su casa esperando que los llamaran y nunca se enteraban. Y justifican los cambios porque había una lista de impostergables”.
“A la gente para solucionarle su problema hay que operarla, no sacarla de la lista”, sentenciaron.
En los dos lados
Las irregularidades en el hospital Regional Salto no se reducen solo a la atención a los pacientes, sino que abarcan otros ámbitos de la gestión del establecimiento.
Indicaron que desde hace un tiempo fue designado como encargado del sector de ambulancias el jefe de Emergencia, que es propietario de una empresa de traslados en la ciudad. “Desmantelaron el servicio de traslado y el mismo que ordena los gastos de traslado de ambulancias es el dueño de la empresa de ambulancias”, indicaron.
Este desmantelamiento del servicio ya había sido denunciado a mediados del año pasado. Así lo consignó el diario Cambio cuando el 4 de junio de 2020 publicó una entrevista con dirigentes de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) en la que estos señalaban que el hospital disponía de ocho ambulancias, pero “solamente dos funcionan debidamente. Una es de traslado especializado, que no tiene todas las herramientas, y ahora está en el taller, o sea que no tenemos una ambulancia especializada completa para realizar los traslados. Estamos en una situación difícil”.
No es este el único caso de funcionarios que están en ambos lados del mostrador. Según indicaron, tanto usuarios como funcionarios, “hay casos de gastroenterólogos que utilizan equipos de ASSE para hacer laparoscopías a su cargo y cobrarlas por el Centro Médico” -Centromédico-, la mutualista local.
“Hoy el hospital de Salto es una policlínica y Centromédico es el que manda”, sentenciaron.
En cuanto a la situación de los funcionarios del establecimiento, indicaron que estos trabajan con reales dificultades. Por ejemplo, “trabaja un enfermero con tres pacientes en una sala. No puede ser”.