Un grupo de escribanas y escribanos, autodenominados “Escribanos por el SÍ”, emitieron esta semana una declaración en la que rechazaron la decisión de la Asociación de Escribanos del Uruguay, de elaborar un spot publicitario en apoyo a la Ley de Urgente Consideración (LUC), de cara al referéndum del próximo 27 de marzo.
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El grupo sostuvo en la declaración que la pieza audiovisual aludida “no representa a todos los escribanos y escribanas de éste país y tampoco representa el sentir de muchos de sus socios”.
Óscar Maffei, integrante de este colectivo, insistió en conversación con Caras y Caretas que lo vertido en la publicidad no los representa “en lo más mínimo como escribanos y menos aún como ciudadanos”.
Para el notario, la Asociación “no tiene facultades para expresarse en nombre de todos los escribanos, primero porque no todos los escribanos son socios”. En este sentido, aseguró que la organización nuclea entre el 75 y 80% del “mundo notarial”, el cual comprende a “estudiantes, escribanos activos y escribanos jubilados”.
Según Maffei, el estatuto de la asociación establece que “todo aquello que merezca una resolución con respecto a un tema de interés general requiere realizar una asamblea con anticipación” y que “en este caso esa asamblea no se hizo”.
Con esta decisión, “se violentó lo que es el objeto de la Asociación”, que no tiene la finalidad de “participar en ninguna actividad política partidaria y en este caso tampoco de ninguna actividad de índole institucional”, expresó el escribano.
Sobre este punto, agregó que dicha organización “a lo sumo puede llegar a hacer algún tipo de recomendación de cómo se interpretan determinados artículos o cómo pueden llegar a beneficiar al colectivo, pero no puede pronunciarse de forma expresa en favor de una opción u otra”.
“Fe pública”
Uno de los aspectos más polémicos del aludido spot es la referencia a la “fe pública”, concepto central del ejercicio profesional de los escribanos en nuestro país.
Maffei explicó que los notarios en Uruguay son “depositarios de la fe pública”. “Eso implica que sobre nuestra espaldas y hombros recae todo lo que tiene que ver con la veracidad, la verosimilitud, de cualquier tipo de actuación en materia negocial o de relación entre las personas. Entonces decir que se da “fe” de que es una buena ley es un mamarracho, está mal”, manifestó.
“Todo escribano está obligado a decir la verdad y dar fe de una ley excede absolutamente cualquier tipo de consideración que pueda llegar a haber al respecto desde el punto de vista profesional”, añadió.
La LUC
En cuanto al posicionamiento del grupo que integra, contrario a la Ley de Urgente Consideración, Maffei hizo énfasis en que la misma “está considerada por catedráticos como una mala ley; una ley mala desde el punto de vista jurídico, institucional, democrático y sobre todo porque abarca más de 60 temas en los cuales se termina de alguna manera violentando una interpretación constitucional que no debería ser”.
Sobre los artículos “que de alguna manera benefician a los escribanos y en los cuales tuvo participación la Asociación”, Maffei relató que “se le dijo y se le insistió” a la Comisión Directiva que “fueran por una ley independiente, si querían hacer algún tipo de modificación con respecto a la Ley de Inclusión Financiera”, algo de lo que “hicieron caso omiso” y “lo metieron dentro de tren bala que es la LUC”, según el escribano.
“Por lo tanto, obviamente en el momento en que hay una impugnación general de la ley, a la hora de tomar decisiones sobre un tema, yo no puedo evaluar dos o tres artículos de la ley, sino que tengo que evaluar los 135 que están ahí siendo impugnados; y desde ese punto de vista obviamente como ciudadano, sabiendo inclusive que puede perjudicar a toda la población, no tengo más remedio que dejar de lado mis intereses personales y votar por el Sí a la derogación”, expresó Maffei.
A esto añadió que en la jerga de su profesión, se refieren a la LUC como MUC: “mamarracho de urgente consideración”.
“Los escribanos no podemos ser el ombligo del mundo, vivimos en sociedad, no vivimos adentro de una lapicera o de un termo, y la ley en sí no solo perjudica a nuestras familias, a nuestros amigos y seres queridos, sino que también perjudica al bolsillo”, agregó, tras lo cual hizo referencia como ejemplo al aumento de los combustibles.
Por último, Maffei relativizó los supuestos beneficios de la ley para los escribanos, tomando como ejemplo la situación de aquellas personas que “de alguna manera perciben ingresos en negro”, que a la hora de realizar cualquier tipo de negociación “que exceda determinados montos”, “no lo van a poder hacer porque van a estar trancados por otro tipo de leyes (..) que requieren el control de lavado de activos”.