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Política

Con la Politóloga Soledad González

Feminismo, política y odio

La integrante de la Intersocial Feminista y de Cotidiano Mujer analizó en este espacio de conversatorio e ideas cómo incidirán los recortes presupuestales en las políticas públicas y en los derechos de quienes se encuentran en condición más vulnerable.

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Texto Alfredo Percovich

Producción Viviana Rumbo

González se refirió a los embates de odio aquí y en el mundo y al nuevo escenario político nacional con voces “antidemocráticas” de la ultraderecha, ahora legitimadas en el Parlamento. También habló del caso Moreira y la postura de la vicepresidenta Beatriz Argimón, de la saña feroz en los ataques a Fabiana Goyeneche y aseguró que “cuando hay un femicidio, todos tuitean frases de espanto, pero a la hora de disponer recursos para su reducción no lo priorizan en lo más mínimo”.

¿Cómo inciden los recortes presupuestales y los cambios aprobados en la LUC en este nuevo escenario nacional?

En el tema violencia de género no ha hay recorte en principio pero hay muy poco dinero destinado a combatirla. Habría rubro para 3 juzgados especializados en el interior del país de US$ 1.300.000 y unos US$ 900.000 para reforzar los servicios de atención a víctimas en el interior del país. Para que tengan una idea de la distancia entre lo que se otorgará y lo que se necesita, solo para que haya servicios de 24 horas los 365 días del año en todas las capitales del país es de US$ 10.000.000, y faltan muchísimas más cosas. Presupuesto para que las fiscalías especializadas no demoren meses en procesar un delito de intento de femicidio o los equipos de evaluación de riesgo no te den hora para mayo de 2021, o que los niños y niñas víctimas de abuso sexual no tengan que esperar un año para ser atendidos en un servicio especializado. Nosotras calculamos que para implementar una política pública que impacte realmente en el problema se necesita un mínimo de US$ 50.000.000 pero estamos a años luz de esa cifra.

 

Desde la coalición de gobierno hay voces críticas hacia las políticas sociales y la gestión de los anteriores gobiernos, también hacia la Inddhh y ciertos mantos de sospecha sobre el desempeño del Mides y las ONG. En este marco, ¿hay quiebres o grietas con las representantes del actual gobierno?

Nosotras no tenemos ningún problema con las actuales autoridades en la materia, tenemos las mismas demandas que con el gobierno anterior. Los avances en la política pública destinada a este tema han estado muy por debajo de nuestras demandas, en ese sentido no vemos cambios. Vivimos en un sistema que impacta en las mujeres, el neoliberalismo impacta, el trabajo no remunerado que hacemos las mujeres aporta el sistema capitalista una buena porción de PBI y no hay que olvidar que somos mano de obra barata, calificada pero barata. En relación al nuevo gobierno, se pueden buscar puntos de contacto especialmente con las mujeres que trabajan en función de disminuir las brechas de género en diferentes áreas. Entre ellas está el claro ejemplo de Beatriz Argimón, la vicepresidenta de este gobierno, que por un lado presenta una cantidad enorme de recortes que obviamente afectan a las mujeres y por otro lado ella es una de las pioneras parlamentarias en leyes sobre temas de violencia contra las mujeres. Ella se ha caracterizado por abrir espacios y promover iniciativas pensadas en derechos de las mujeres y eso no se puede desconocer, por más que se pueda leer como una contradicción.

 

Las contradicciones no son patrimonio de un sector.

Exacto. Hay casos de esos en todos los partidos.

 

Muchas feministas le cuestionan no haber marcado postura firme en el caso Moreira.

La sociedad, algunas personas, le piden a ella más de lo que le piden a sus compañeros hombres. Se le exige a ella lo que no se le exige a todo el elenco masculino del Partido Nacional. A ella le «cobramos» en términos políticos el triple cuando tiene mucho menos poder interno del que parece tener. Este es el nudo, le pasa a las mujeres de izquierda también, porque Moreira es un caso que rompe los ojos, es grotesco, no debió haber sido votado y sin embargo fue votado, eso también habla de la tolerancia de la sociedad a ciertas prácticas que tiene totalmente naturalizadas. Yo comparto lo que ella dice que Moreira fue votado, es un dato de la realidad, y ese respaldo de la ciudadanía para mí es una decepción, pero también creo que los partidos tienen que tomar decisiones éticas sobre sus miembros y no en base a los votos. Pero insisto, creo que todos los políticos y las políticas acomodan su discurso al contexto en que están. Ella fue la primera en condenar a Moreira en su momento y fue la que pidió que su caso pasara al tribunal de ética del Partido Nacional.

 

También fue muy explícita en darle la bienvenida después de ganar las elecciones departamentales al señalar que tenía «todo su derecho de volver al Partido Nacional» (sic).

Fue explícita, pero seguramente también lo hicieron otros y no le prestamos atención, pero sí le prestamos atención a ella. Yo sigo creyendo que se le pega a ella principalmente porque es un flanco débil, es fácil de «pegar». A las mujeres políticas siempre se les «pega» y se les exigen el triple que a los hombres.

 

¿Cómo hay que leer el episodio parlamentario cuando el presidente de la Cámara de Representantes, Martín Lema -hombre del riñón del presidente Lacalle y referente de este gobierno-, le apagó el micrófono a la diputada Verónica Mato mientras ella cuestionaba la violencia de género? ¿Fue un hecho aislado? ¿Fue una señal de estos tiempos?

Lo que hizo Martín Lema apagándole el micrófono fue extremadamente violento, no correspondía para lo que estaba diciendo la legisladora. Utilizó una excusa menor del reglamento de la cámara para taparle la boca. Creo que muestra la violencia política que sufren las mujeres políticas, pero eso es trasversal a los partidos políticos. En este sentido me parece importante destacar que lo que sufren las mujeres políticas lo sufren casi todas de todos los partidos políticos. Esto es así, quizás las que menos lo sufren son aquellas mujeres políticas que son totalmente funcionales a los hombres de sus partidos, que también es transversal de todos los partidos esta conducta. Para mí y como feminista es importante hilar fino en lo que le «cobro» a las mujeres y a los hombres.

 

¿Alcanzaba la batalla por mayor representación femenina en el Parlamento o se trataba de posturas y causas?

Nunca alcanza, de hecho apenas estamos en poco más del 20% de legisladoras en el actual período legislativo. Nos falta avanzar enormemente en esta área, que ha demostrado ser de las más reacias a incorporar medidas y acciones que acorten la brecha de género en política. Aquí se ve claramente la lucha de poder que implica la igualdad de género y las resistencias de quienes lo detentan, a soltar.

 

¿Crees que los recortes presupuestales en el Mides inciden específicamente en las políticas sociales y de género?

Sin dudas, la enorme mayoría de los usuarios de los programas del Mides son usuarias, los programas de trabajo, la asistencia directa, los apoyo a emprendedoras, todo eso repercute de manera desigual en las mujeres, en las mujeres pobres, las mujeres afro y la infancia, así como en las personas con discapacidad.

 

¿Las víctimas están un poco más desprotegidas a partir de la LUC y el Presupuesto?

No, están igual que antes en relación a la violencia de género, nada ha cambiado realmente en lo que hace a la mejora de su situación.

 

¿No crees que los recortes económicos o de programas o ese manto de sospecha que se está colocando el Mides incidan en las víctimas? Porque me decías que sí inciden en las poblaciones más vulnerables.

Sí creo que las nuevas autoridades tienen la política de revisarlo todo y dicen que hay mucha cosa turbia del gobierno anterior. Ese es su discurso y de hecho eso fue lo que intentaron mostrar con las auditorías que en realidad no mostraron nada sustancioso. Lo del Mides se explica porque históricamente lo han criticado y con saña. Han cuestionado sistemáticamente las políticas del Mides alegando que estaba todo mal hecho pero resulta que ahora se dan cuenta que ellos no pueden hacer las cosas que dijeron que iban a hacer con el Mides. Hace poco (Armando) Castaingdebat reconoció que no pueden sacar a la gente de la calle, un problema que venía de antes. Creo que ellos mismos se sobrestimaron y despreciaron cualquier política pública llevada adelante por la izquierda. Sin duda hay un problema con la gente en situación de calle que es anterior y que tampoco el gobierno anterior lo solucionó, porque ya había un un número muy alto de población en situación de calle. Hay problemas que tienen raíces profundas como la situación de las cárceles. Hay toda una mirada que tiene que ver con su posición ideológica que instala la idea que el pobre es pobre porque quiere y no porque el sistema lo condicione o porque las estructuras lo condicionan a no poder salir nunca de la pobreza. Y allí aparece el discurso meritocrático que sostiene que los que salen adelante son los que se han esforzado. Por todo esto se ataca al Mides. Creo que el Mides trata de cambiar las condiciones estructurales, de mejor y peor manera, con políticas focalizadas, tratar de cambiar las condiciones de oportunidades para esas personas, brindarles oportunidades reales para salir de la situación de pobreza. Es ahí donde se pone el foco en que el Estado no transfiera fondos a los pobres pero no se hace foco -por ejemplo- en las transferencias que se están proponiendo ahora en el presupuesto nacional para financiar universidades privadas, fundaciones privadas, que deciden qué hacen con el dinero que ponemos nosotros como sociedad. A ellos sí se la pueden dar, a la universidad privada la podemos financiar todos los uruguayos, pero a las personas vulneradas en las peores condiciones, a esas no se le puede dar dinero. Esa es la ideología del gobierno.

 

¿Vamos hacia un peor país?

Creo que la gente que hoy está en las peores condiciones, esa sí estará peor sin las políticas sociales -que hacen una gran labor con estas poblaciones- son recortadas. Esas personas van a sufrir enormemente porque además no tienen ningún colchón. Hay otras capas que tienen un margen de maniobra, y por más que se le reduzca una parte su salario igual tendrán sus necesidades básicas cubiertas. Sin embargo, hay grandes sectores de la población que no. Y ahí hablamos de mujeres y niños. Eso está medido, no es una opinión, la pobreza se concentra ahí y tiene una explicación también desde el punto de vista feminista. La mujer es la que se queda a cargo de sus hijos y los hombres se van; ellas comienzan la maternidad, muchas veces, en la adolescencia y ahí comienza una cadena interminable de condicionantes que te hace siempre estar hundida.

 

Los sindicatos han cuestionado duramente los recortes en todo el Mides y especialmente en el Sistema de Cuidados, con el Programa de Asistentes Personales para las personas con dependencia severa.

Sí, es que todas las personas con discapacidad y dependientes sufren un recorte importantísimo que afecta principalmente a los pobres porque la gente que tiene recursos paga cuidadores privados, tienen mejores condiciones para cubrir sus necesidades de accesibilidad, lo pagan, es algo muy caro de sostener. Pero para las personas de clase baja, las más pobres, es tremendo.

 

¿Te preocupa que ahora en el Parlamento y en el gobierno haya una expresión política como Cabildo Abierto? ¿Crees que sus posturas y pronunciamientos en materia de derechos humanos, sobre los desaparecidos y tantos otros, representan a mucha más gente que lo que las organizaciones sociales o el progresismo imaginaba?

Creo que lo que agrupa Cabido Abierto estaba antes diseminado en los Partidos
tradicionales, sus expresiones no son nuevas en el sistema político ni sobre los derechos humanos, ni sobre los desaparecidos. Siempre hubo defensores de la dictadura dentro del Parlamento desde el 85 para acá. Su gran logro fue unificarlos en un partido político que aún falta por ver si se sostendrá en el tiempo, si comenzó en su techo o si tiene espacio para seguir creciendo.

 

¿No cambia nada que ahora esos ataques provengan de uno de los pilares con mayor peso político en el gobierno?

No lo sé. ¿Qué hacía García Pintos? Son parte de los partidos tradicionales que se nuclean y toman cuerpo. Ahí creo que hay una responsabilidad bastante grande de Mujica, de Fernández Huidobro y también de Tabaré Vázquez. Doy nombres para hablar claro y porque tal vez no sea justo acusar a todo un sector, pero sí a las personas, de haber promovido un liderazgo militar en tanto político y no haber acotado al general Manini Ríos al rol de Comandancia. Aunque hilando más fino, ese hombre nunca debió haber sido promovido para Comandante en Jefe del Ejército.

De todos modos, lo que me preocupa de la ultraderecha en el Parlamento, sobre todo es que son antidemocráticos. Este es el peor problema. Ese sí es un problema enorme, porque se les nota en su discursos políticos, en sus discursos adentro de cada cámara, que son antidemocráticos, fueron partícipes del gobierno militar, ahí sí hay algunos componentes muy preocupantes, por ejemplo, en sus permanentes ataques a la justicia.

 

Más allá de que la reivindicación de los genocidas y los ataques políticos hacia Madres y Familiares siempre existieron, es un dato de la realidad que después de muchos años, esos pronunciamientos vuelven a ser expresados desde el gobierno, desde la institucionalidad y no desde el llano. CA es coalición, es gobierno.

Capaz que nunca estuvo tan legitimado como ahora, posiblemente, pero con certeza no lo sé. El tema de las víctimas y los delitos de lesa humanidad es un tema que la sociedad uruguaya -nosotros- hemos procesado tan mal; creo que en realidad tenemos una deuda como sociedad. Hay mucha responsabilidad de distintos actores. Esto de instalar la teoría de los dos demonios es también donde se paran ellos. Ahí hay un juego con algunos sectores de la izquierda que es muy perverso y que legitima de alguna manera esos discursos. Hay personas de izquierda que hablan y han hablado despreciativamente de las víctimas del terrorismo de Estado tal como habla Manini Ríos. Sinceramente, me cuesta ver con claridad que ellos sean los únicos «malos».

¿Cómo ves el futuro del partido político CA?

Yo creo que están en el techo de su votación. Además tengo mis serias dudas si podrán construir un partido. Porque construir un partido no es solamente poner una lista en octubre para votar a un líder carismático una vez. Sus internas son elocuentes y vemos señales a diario. Formar un partido, una organización política, es algo trabajoso, tiene un arte, un ejercicio.

 

Hace ya algunos años que se habla de que los juzgados de familia especializados están “al borde del colapso”. Los casos se amontonan y las personas también. Los expedientes se van prolongando en el tiempo y el padecimiento de las víctimas también. ¿No hay un discurso hipócrita del sistema político todo cuando dice que la violencia hacia las mujeres y NNA es un tema prioritario? ¿Y de la sociedad?

El sistema político dice que le importa el tema, cuando hay un femicidio, todos tuitean frases de espanto, pero a la hora de disponer recursos para su reducción no lo priorizan en lo más mínimo. Personalmente, tengo exactamente la misma desazón hoy que hace cuatro años. Nunca se votaron recursos. Te dicen que hay un sistema de respuesta pero sabemos que es súper endeble y se podría decir que está lejos de las necesidades que tenemos. Nunca encontramos del gobierno de turno una voluntad política real de «ponerle el cascabel al gato» en este tema. Todo es humo y te quieren convencer con una miga. Esto es un tema de plata. Y es un problema que los gobernantes no lo asumen. Parte de la solución pasa por los recursos. Tal vez, si hubiéramos tenido un presidente que en vez de oncólogo hubiera sido especialista en violencia de género, capaz que hoy tendríamos una política pública seria.

 

¿Cuánto o qué aporta que comunicadores se coloquen una escarapela o que miles de usuarios de Facebook cambien su foto de perfil los 25 de noviembre?

Aporta en la sensibilización del tema, aporta en la mejora del tratamiento sobre el tema, hemos visto como en los últimos años la forma de presentar las notas sobre violencia de género han mejorado un 1000%, ya casi no aparece la frase «crimen pasional» ante un femicidio. He visto avances en el periodismo y en la población en general, una cierta preocupación por estar más atentos, por aprender y saber qué se hace. Y también incide que ahora las mujeres tienen una conciencia mucho mayor, preguntan, llaman, hacen consultas sobre la variedad de violencias que sufrimos, y esto también es bastante nuevo. No solamente se percibe la violencia física que tal vez sea la más fácil de identificar, sino también las otras formas menos visibles.

 

¿Cuánto incide en un proceso de cambio cultural la Operación Océano? ¿Crees que es un mojón en esta sociedad o pensás que, tal vez en poco tiempo, volveremos a saber de casos porque la explotación de NNA existirá mientras haya clientes?

La Operación Océano marcará un antes y un después sobre todo en el accionar de la justicia en casos de explotación, el trabajo que han venido haciendo el equipo de fiscales es muy importante no solo a la hora de obtener justicia en los casos abocados sino de pedagogía social. De cualquier manera terminar con la explotación sexual de NNA requiere de cambios culturales profundos.

 

¿Qué sentís cuando lees los ataques de odio hacia el trabajo de la Intersocial Feminista o directamente hacia tus compañeras de ruta en este camino de construcción feminista y de derechos humanos?

Creo que los ataques responden a que estamos en medio de una revolución muy profunda, cambiando las bases de nuestra sociedad por una mucho más justa y en ese sentido lo tomo como señal de avance.

 

A Fabiana Goyeneche la han atacado con una saña pocas veces vista. Hay campañas de odio que han despedazado mujeres. De todos modos, vos lo mirás en perspectiva histórica

La campaña de violencia contra Fabiana Goyeneche fue de un ensañamiento feroz. Además fue tan visible que rompió los ojos. Sinceramente, yo no podría haber soportado tanta agresión. No sé cómo hizo para poder lograr resistir tanta violencia y tanto odio explícito.

 

Por haber salido a defender una causa.

Y por haber ganado una causa. Hay algo que está claro: está instalada una maquinaria de odio a nivel mundial, de polarización, intolerancia, incluso ahora está estudiado el rol de las redes en este fenómeno. De todos modos, a algunas de nosotras no nos han atacado con ese ensañamiento. En mi caso particular, quizá porque con los años una se va moderando, me gusta mucho hablar con gente que piensa distinto. Me encanta dar talleres de género en donde nadie entiende nada de género, donde no hay formación, porque es un buen espacio para que exista el diálogo y las personas se queden pensando, no digo que opinen lo mismo, pero que se queden pensando. De todos modos, no percibo que se den esos ataques contra mis compañeras, salvo en el caso de Fabiana Goyeneche. En alguna oportunidad me han querido atacar pero no he respondido y como no ingreso en ese terreno de la agresión, las dejo correr. Esas frases de que las feministas odiamos a los hombres las dejo correr.

 

Hay algunas críticas un poco más elaboradas también.

Pero son bobadas también. Son muy bobos.

 

La síntesis es que te sentís cómoda en ámbitos donde puedas intercambiar.

Claramente. Yo estudié en el Centro de Altos Estudios Nacionales (Calen) del Ministerio de Defensa. Durante un año compartimos clase de la maestría de Estrategia Nacional con coroneles, tenientes coroneles, capitanes de navío y algunos civiles fundamentalmente diplomáticos, gente totalmente distinta a lo que soy. Cuando me presenté el primer día dije que soy feminista y sentí las risas por debajo entonces me dije, o sobrevivo como soy o me tengo que ir. Y me quedé. Y fue una confirmación que se puede tener una práctica contra el odio y la intolerancia si se va a hablar de buena fe, si uno también escucha al otro, al que piensa totalmente distinto a uno. Al odio se lo combate con tolerancia y amplitud, nunca desde la soberbia.

 

¿Crees que los feminismos o las feministas pecaron de soberbia en algún momento?

Lo que sucede es que las feministas cuestionan todo y eso puede parecer soberbio. Pero creo que ahí lo que juega es el estilo y la forma de debatir o plantear los cuestionamientos y no tanto el contenido. Lo que sucede es que el feminismo es una teoría política pesada en cuanto a lo cuestionadora de todo. Por eso también es difícil de sostener y de tragar porque, ¿cómo hacés para digerir cuando alguien te cuestiona toda tu vida mientras vos en buena fe crees que sos un fenómeno? Es un poco aquello de «¿Por qué éstas me vienen a cuestionar si yo nunca le pegué a mi mujer?». Hay que explicarles que es un poco más complejo y profundo que eso y que no alcanza con las buenas intenciones. Pasa por la forma en la que estamos domesticados y domesticadas y la forma en la que el sistema se reproduce.

 

En el Calen aprendiste mucho más que lo que dictaba el curso.

Aprendí mucho porque fui con apertura, fui a escuchar y me escucharon.

 

Y porque tal vez no eras un «enemigo» para ellos. Porque el odio se dispara contra los enemigos y, como dice el analista político brasileño Melillo Dinis, estamos viviendo la «sociedad de los enemigos».

Tal vez porque allí también aprendí que la izquierda nunca entró ahí o mejor dicho, cuando ingresó lo hizo de una forma que ellos no te la llevan, porque Fernández Huidobro hizo alarde que tenía sus vínculos estrechos con los militares y los que yo conocí no eran amigos suyos, ni le tenían respeto. Capaz otros sí, pero los que yo conocí, no. En términos de esa «sociedad de los enemigos» es muy evidente que estamos en contra del que piensa distinto y de manera radical. Sin embargo, para estos militares con los que compartí estudios y a pesar que siempre estuvo clarísima mi postura ideológica, mi perfil de izquierda, pudimos dialogar, hubo respeto y ese fue un gran aprendizaje para mí y supongo que para ellos también.

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#25N

La Intersocial Feminista se dispone a concentrar en el Palacio Legislativo para reclamar recursos contra la violencia de género, ya que aún estará en estudio el proyecto de Presupuesto Nacional. Debe hacerse con los cuidados sanitarios necesarios por estar en medio de una pandemia.

 

El planeta que dejaremos

Me preocupa mucho los efectos del capitalismo extractivista sobre los recursos naturales y el mundo que se viene en muy poco tiempo si no tomamos conciencia y medidas a tiempo para parar este nivel de degradación. Ahí las compañeras ecofeministas que han estudiado esto en profundidad tienen mucho para enseñarnos. Así como me preocupa la violencia incremental que se sufre en toda América latina consecuencia de la guerra contra las drogas y que se manifiesta brutalmente en el cuerpo de las mujeres.

 

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