El homicidio del joven Jhonatan Oliveira, perpetrado en el barrio 19 de abril del departamento de Artigas el 22 de setiembre de 2020 -luego de que faenara clandestinamente tres ovejas- todavía no se resolvió porque la fiscal Sabrina Mazzaferro alega no tener tiempo para formalizar a los policías involucrados en el operativo de detención que incluyó el disparo a la nuca de Oliveira.
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Esa medianoche el chico se trasladaba en una moto junto a otro joven ya formalizado por el delito de abigeato cuando uno de los tres policías que participaron en la detención de los jóvenes resolvió disparar en la nuca de Oliveira. La abogada de la familia de la víctima, Miredi Biscarra, dijo a Caras y Caretas que “claramente la fiscal debió haber priorizado la investigación del homicidio de Oliveira”. En principio el fiscal Raúl Iglesias fue quien se hizo cargo de la investigación y fue quien dispuso las primeras medidas luego de constatar que la Policía le había mentido: en principio el coordinador de la Jefatura de Policía de Artigas, Ruben Olivera, le comunicó al fiscal que un joven resultó herido tras despistarse su moto y de hecho no solo lo dijo, sino que lo escribió e ingresó en el Sistema Informático donde se registran las noticias policiales. Luego de eso se conoció que el joven Oliveira no había muerto debido a un accidente, sino por el disparo de un proyectil que terminó saliendo por uno de sus ojos.
El 7 de mayo de 2021 la fiscal Mazzaferro continuó la investigación iniciada por el fiscal Iglesias luego de su traslado a Montevideo. Sin embargo, Mazzaferro es la tercera en esta indagatoria porque antes de ella se ocupó del caso la fiscal Fiorella Marzano, quien fue trasladada luego al departamento de Treinta y Tres. La defensa de la familia de la víctima agregó que “hace tres meses la fiscal Mazzaferro finalizó todas las diligencias de prueba solicitadas por las partes para poder formalizar a los responsables del homicidio de mi cliente, pero no lo ha hecho y creemos que debió haber priorizado este caso. Parece que ha pasado al olvido”, dijo Biscarra.
La abogada dijo que la fiscal comentó que “está dispuesta a formalizar luego de la feria judicial mayor a algún jerarca policial”. El homicidio de Olivera insumió 2 años y tres meses de investigación e involucra a varios policías -quienes presenciaron el operativo y quienes estaban en la guardia ese día-, que registraron en el sistema informático un hecho absolutamente distinto del ocurrido. En tanto la fiscal del caso “alega no tener tiempo para armar la formalización porque es la única fiscal para los dos turnos y tiene mucho trabajo”, respondió la abogada de Oliveira. Biscarra agregó que “hace tres meses pudo haber solicitado la formalización de los policías involucrados y, si no lo hace, que archive el caso que usaremos las herramientas que ofrece el Código de Proceso Penal para que otro fiscal lo reexamine”.
El homicidio de Olivera ocurrió el 22 de setiembre de 2020, dos meses después de aprobada la Ley de Urgente Consideración que introdujo dos variantes en el antiguo artículo 26 del Código Penal que establece la legítima defensa. Para su configuración se mantienen los elementos agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado para repelerla o impedir el daño y falta de provocación suficiente por parte del que se defiende. Pero establece que “cuando la defensa deba ser ejercida respecto de cualquier derecho de contenido patrimonial, la racionalidad deberá ser apreciada con prescindencia de que no haya existido o ya hubiera cesado una agresión física a la persona que se defiende”. Y aunque en este caso los jóvenes se desplazaban en la moto con las ovejas faenadas y la única arma que portaban estaba dentro de la mochila que nadie podía visualizar, también la LUC incorporó expresamente que se presume legítima defensa de funcionarios del Ministerio del Interior o del Ministerio de Defensa que en ocasión o con motivo del cumplimiento de sus funciones repelen una agresión física o armada contra un tercero, empleando las armas o cualquier otro medio de defensa en forma racional, proporcional y progresiva, en cuanto eso sea posible, y en las mismas circunstancias agote previamente los medios disuasivos que tenga a su alcance sin perjuicio de la prueba en contrario”.
La lentitud de la investigación llegó a extremos: El resultado del análisis balístico ya estaba listo en noviembre de 2020, es decir, dos meses luego del homicidio. El informe de Policía Científica concluyó que dos de las tres armas incautadas a los tres efectivos policiales que intervinieron en la detención de los dos jóvenes involucrados en el abigeato fueron disparadas. En tanto, además de haber registrado un hecho falso en el sistema informático para dar cuenta a la Fiscalía, en el primer llamado que realizó el coordinador Ruben Olivera al fiscal Iglesias luego del disparo al joven, se describió que había un joven herido y luego, casi inmediatamente al primer llamado, se comunicaron nuevamente con el fiscal Iglesias para decirle que en realidad había un joven herido de bala. El joven que recibió el disparo en la cabeza por parte del policía murió cuatro días después del disparo en el Hospital de Artigas.