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Ni horario, ni fecha en el calendario

Vida sexual en la vejez: no solo es posible, es recomendable

Estudios científicos y médicos confirman que una vida sexual activa trae beneficios físicos y emocionales para los adultos mayores.

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Aunque es verdad que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, eso no quiere decir que la sexualidad deba ser vista a determinada edad como un recuerdo de loca juventud, pues una vida sexual activa en la vejez no solo es posible, sino recomendable.

Tema tabú en muchas sociedades, la sexualidad en la vejez a menudo ha sido considerada inapropiada o incluso repugnante, como si a cierta edad uno debiera resignarse a cuidar nietos, abandonarse al resabio, o salir a tomar el sol en las mañanas, recordando el pasado. Así pensarán las mentes más conservadoras, pero la ciencia tiene una opinión diferente.

Múltiples estudios demuestran que una vida sexual activa trae beneficios físicos y emocionales para los adultos mayores, quienes gozan de mayor autoestima, mejor salud cardiovascular, menos depresión. O simplemente gozan, sin más.

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Cuestión de derecho

Afortunadamente, en la actualidad hay una creciente conciencia sobre los derechos sexuales de las personas mayores, y se reconoce cada vez más que la sexualidad es una parte normal y natural de la vida humana, que no tiene necesariamente que ser sepultada por el calendario.

Si bien persisten estereotipos y prejuicios, cada vez es más común encontrar una visión positiva y respetuosa sobre el tema, y gente que promueve una cultura en la que se valoren los derechos sexuales de los ancianos y se les permita disfrutarlos de manera segura y saludable.

¿Qué la fogosidad no es la de antaño? ¿Qué hay achaques? ¿Qué falta firmeza y sobran arrugas? Desde luego, pero eso no impide tener sexo, solamente hace que sea diferente y, por ende, desafiante…

Por otro lado, el paso del tiempo no mata per se la libido: el deseo está influenciado por muchos factores, incluyendo la salud física y mental, los medicamentos que se estén tomando, las experiencias de vida y las relaciones interpersonales. Y eso aplica para cualquier persona, así esté en la flor de su juventud.

Mención aparte merecen las hormonas: la menopausia reduce la producción de estrógenos en las mujeres, en tanto la merma en la testosterona de los hombres puede afectar la calidad de las erecciones, pero a esas alturas de la vida, ya es para que supieran que el sexo no es solo penetración.

En busca del Shangri-La

No hay que emigrar a un valle utópico, como aquel Shangri-La poblado por personas que no envejecen, para mantenerse sexualmente activo en la vejez. Tampoco existe una receta universal, pues cada persona es única y puede tener diferentes necesidades y circunstancias.

Sin embargo, hay un par de consejos válidos:

* Llevar un estilo de vida saludable: dieta sana, ejercicio regular, dormir lo suficiente y evitar el tabaco y el alcohol en exceso.

* Hablar con el médico: es importante tener claro cualquier problema de salud que afecte su bienestar sexual, como enfermedades crónicas o medicamentos con posibles efectos secundarios.

* Comunicación abierta con la pareja: es la clave, a cualquier edad, para una comunión en cuerpo y alma, que exprese necesidades, deseos y preocupaciones.

* Experimentar nuevas formas de intimidad: evite lo básico, explore y no subestime abrazos, caricias, besos y otros gestos de afecto.

* Buscar ayuda si es necesario: si hay problemas como disfunción eréctil o sequedad vaginal, se debe buscar ayuda médica y terapéutica, pues existen tratamientos efectivos.

Y no olvide que, aparte de placer, la actividad sexual ayuda a reducir el estrés y promover una sensación de bienestar emocional y físico; mejora el estado de ánimo, gracias a la producción de endorfinas; fortalece la salud cardiovascular y el sistema inmunológico; mejora la calidad del sueño, al reducir la ansiedad; y sobre todo, afianza las relaciones, incluso más que el tiempo.

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