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Según el proyecto de ley, cualquier organización independiente que reciba más del 20 por ciento de financiación del extranjero deberá registrarse como “organización que persigue los intereses de una potencia extranjera”.
Se trata de un cambio con respecto a la propuesta del año pasado, que utilizaba el término “agente de influencia extranjera”. Sueño Georgiano dijo que cambió la redacción tras aceptar que la inicial tenía connotaciones negativas, puesto que rl término “agente extranjero” tiene sus raíces en el pasado soviético y sugiere que esas personas son traidores y enemigos del Estado.
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, ha insistido en que su gabinete está comprometido con las aspiraciones europeas del país, sin embargo analistas políticos como Ghia Nodia sostienen que Sueño Georgiano tiene como objetivo "neutralizar la influencia occidental”.
“El partido sigue diciendo que orienta a Georgia hacia la UE, pero en realidad está saboteando las perspectivas europeas de Georgia”, que según las encuestas de opinión son apoyadas por alrededor del 80 por ciento de la población aseguró el politólogo a la agencia AFP.
La mirada exterior
En tanto, la Comisión Europea pidió a Georgia que no apruebe la legislación, diciendo que contradice la agenda de reformas democráticas que debe seguir para avanzar en su camino hacia la membresía en la UE.
En diciembre, la UE había concedido a Georgia el estatus de candidato oficial, pero dijo que ese país tendría que reformar sus sistemas judicial y electoral, reducir la polarización política, mejorar la libertad de prensa y restringir el poder de los oligarcas antes de que se iniciaran formalmente las conversaciones sobre su membresía.
Por su parte, desde Estados Unidos dijeron la semana pasada que aprobar la ley “desviaría a Georgia de su camino europeo”.
“Estamos profundamente preocupados de que, si se promulga, este proyecto de ley perjudicaría a las organizaciones de la sociedad civil (e)... impediría a las organizaciones de medios independientes”, dijo a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller.