Melissa es un huracán peligroso y grande
El meteorólogo José Rubiera explicó en la transmisión especial de la televisión cubana que “Melissa es un huracán peligroso y grande, con un campo de vientos que se extiende hasta 50 kilómetros a cada lado del centro”. En zonas altas como Gran Piedra, los vientos alcanzaron los 160 km/h, y en áreas de menor altitud se reportaron ráfagas sostenidas de más de 100 km/h, acompañadas por lluvias torrenciales.
Las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma, Holguín y Las Tunas se encuentran bajo fuertes precipitaciones que, según los pronósticos, pueden dejar acumulados de 200 a 450 milímetros, especialmente en áreas montañosas y cuencas fluviales. Estas lluvias ya han provocado inundaciones en zonas bajas de Santiago de Cuba, donde las autoridades alertan sobre el riesgo de crecidas repentinas de ríos y deslizamientos de tierra.
El mar también ha mostrado su poder destructivo. En el litoral sur, particularmente en el municipio Guamá, se registran marejadas de hasta seis metros de altura e inundaciones costeras severas, mientras que se prevé que el oleaje aumente en el norte cuando el ciclón salga nuevamente al mar. El fenómeno de la marea de tormenta, con paredes de agua de hasta cuatro metros, amenaza localidades cercanas al litoral, lo que ha obligado a evacuar preventivamente a cientos de familias.
Desde el punto de vista estructural, el huracán continúa debilitándose gradualmente al interactuar con el terreno montañoso cubano, pero mantiene su condición de huracán mayor, con una presión central de 960 hectoPascal. Pese a la pérdida de energía, sus efectos destructivos seguirán sintiéndose durante todo el día, con vientos huracanados en el oriente y ráfagas de tormenta tropical en provincias más al centro del país.
Embed - Actualización del paso del Huracán Melissa por Cuba
La alta dirigencia del gobierno de Cuba se mantiene alerta
El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez encabezó anoche una videoconferencia con el Consejo de Defensa Nacional y las autoridades de las provincias afectadas, en la que participó también el General de Ejército Raúl Castro Ruz. A través del secretario del Consejo de Ministros, José Amado Ricardo Guerra, el líder histórico transmitió un mensaje de respaldo y disciplina: “Se ha mantenido al tanto y así se mantendrá, junto a todos ustedes, en el seguimiento sobre la evolución y las medidas adoptadas”.
Raúl Castro reconoció “la responsabilidad con que se ha trabajado y el nivel de preparación alcanzado”, al tiempo que subrayó “la necesidad de no descuidar por un minuto y exigir la máxima disciplina durante el paso del evento y en las fases posteriores”.
El sistema de defensa civil cubano, considerado uno de los más eficientes de la región, desplegó amplios operativos de evacuación preventiva, protección de recursos e infraestructuras críticas. En Santiago de Cuba y Holguín, las autoridades reportan el traslado de miles de personas hacia zonas seguras, la suspensión del transporte público y el aseguramiento de hospitales, centros educativos y almacenes de alimentos.
Mientras tanto, la población permanece en resguardo a la espera de que Melissa termine de cruzar el territorio nacional. Aunque se espera que el huracán se debilite al emerger sobre el Atlántico, los expertos advierten que los efectos secundarios —lluvias prolongadas, vientos fuertes y marejadas— persistirán durante las próximas 24 horas.
El paso de Melissa confirma la vulnerabilidad del Caribe ante fenómenos meteorológicos cada vez más intensos, alimentados por el calentamiento global y el aumento de la temperatura del mar. Para Cuba, acostumbrada a enfrentar estos desafíos, el mensaje de las autoridades es claro: “La preparación salva vidas, pero la confianza puede costarlas”.