Hizbulá, junto con el Hamás en la Franja de Gaza, las fuerzas hutíes del movimiento Ansar Alá en Yemen y las milicias proiraníes de Irak y Siria, forma parte del llamado 'eje de resistencia' contra el Estado hebreo en Oriente Próximo, y lleva un año lanzando cohetes a las zonas del norte de Israel en solidaridad con la causa palestina.
La incursión terrestre sigue a dos oleadas de detonaciones de dispositivos de control remoto a lo largo del Líbano y una campaña de bombardeos aéreos para descabezar a Hizbulá, cuyo dirigente histórico, Hasán Nasralá, murió en un ataque con bombas antibúnkeres sobre un edificio residencial de Beirut. La capital libanesa no sufría bombardeos israelíes desde la guerra de 2006.
En lo que va de este mes, la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano (Finul) denunció varios ataques del Ejército israelí contra sus posiciones, con cinco cascos azules heridos hasta la fecha. Israel sostiene que Hizbula utiliza a efectivos de la Finul como escudos humanos e instó a retirar esta fuerza de paz desde el sur del Líbano.