La segunda vuelta electoral del 19 de noviembre en Argentina se avecina como una pelea voto a voto. Con Sergio Massa, el peronista que ganó el primer turno, y Javier Milei, el candidato ultra derechista, ya en busca de apoyos, el enfoque se centra en los votos de Patricia Bullrich.
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Bullrich, la candidata conservadora de la alianza Juntos por el Cambio, tiene en sus manos un botín electoral de 6.2 millones de votos que podría ser decisivo en el resultado final. Sin embargo, estos votantes no forman un bloque homogéneo debido a la diversidad de partidos que conforman la coalición conservadora. Tanto Massa como Milei aprovecharon la noche electoral para solicitar su apoyo, y ahora tienen un mes por delante para convencer a estos votantes.
Milei abre la puerta a Bullrich
Javier Milei, el candidato de ultraderecha que quedó en segundo lugar tras obtener el 30% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales, valora la posibilidad de incorporar a Patricia Bullrich, la derrotada excandidata de la coalición opositora Juntos por el Cambio, en su eventual gobierno. Milei afirmó en una entrevista radiofónica: "Si ella quisiera sumarse, ¡cómo no la voy a incorporar!" Esto sucedió después de la celebración de la primera vuelta de las elecciones, en la que Sergio Massa, el peronista, obtuvo el 36.7% de las preferencias.
Diversidad de los votos en Juntos por el Cambio
En el corazón de los votos de Juntos por el Cambio se encuentra un núcleo sólido que proviene del Pro, el partido fundado por Mauricio Macri en 2005 como plataforma para gobernar la ciudad de Buenos Aires y posteriormente la presidencia. Estos votantes se identifican como republicanos y liberales, pero lo que los une en su mayoría es un fuerte rechazo al peronismo, especialmente a su versión kirchnerista. El segundo grupo de votantes proviene de la Unión Cívica Radical (UCR), un partido fundado en 1891 que ha tenido un papel fundamental en la política argentina desde la década de 1940, marcado por su relación dialéctica con el peronismo.
Mientras Massa busca el apoyo de los radicales, Milei ha optado por una estrategia diferente. Despreció a los radicales durante su campaña e incluso los acusó de traicionar a Bullrich tras la primera vuelta electoral. Según Milei, los votos radicales ya se han inclinado hacia Massa, y los seis millones de votos que permanecen con Bullrich representan un voto más puro y sólido, más cercano a su causa. Sin embargo, esta suposición carece de respaldo empírico, y la situación sigue siendo incierta.
Si Massa logra atraer a estos votantes radicales, Milei podría asegurarse una parte significativa de los seguidores del Pro. A pesar de las controvertidas propuestas de Milei, como dinamitar el sistema político, legalizar la venta de órganos o cerrar los ministerios de Educación y Salud, el sentimiento antiperonista y antikirchnerista en el partido Pro parece ser más fuerte y podría influir en la decisión de los votantes.