El segundo paso tuvo lugar dentro del ámbito local y se vincula directamente con la reestructuración neoliberal del gobierno. El horizonte es la reconversión de una empresa estatal emblemática de la defensa nacional como Fabricaciones Militares, para operar como una sociedad anónima y, de ese modo, orientar su producción hacia el exterior, ahora bajo criterios mercantiles.
En los últimos meses, las distintas sedes de Fabricaciones Militares recibieron a emisarios de empresas armamentistas interesadas en su privatización, como la española Hispania Grou, y desde los Estados Unidos, que incluso envió una representación del Departamento de Estado.
Hasta el momento, quien más posibilidades tiene de adquirir Fabricaciones Militares es el “Grupo Checoslovaco” (Czechoslovak Group-SCG) uno de los principales proveedores de municiones de los ejércitos ucranianos.
El gobierno argentino supone que con la privatización e internacionalización de Fabricaciones Militares no sólo tendrá un negocio redituable, sino que además pondrá también su cuota personal para derrotar militarmente a Rusia.
Lo que seguramente no evalúa serán las pérdidas en todo sentido que conlleva un alineamiento internacional de estas características, ni menos aun, el abandono de la neutralidad y el involucramiento directo en una guerra incentivada por los grandes productores y comerciantes de armas, y en la que la amplia mayoría de los argentinos no desean participar.
Fuente: Página12