Pedro Sánchez fue elegido por tercera vez como presidente de España. Esta vez, reunió más votos que en todas las demás oportunidades en que fue investido por los legisladores españoles. El camino recorrido para alcanzar las mayorías necesarias fue largo y tedioso. Implicó una ardua negociación simultanea entre corrientes políticas con puntos de encuentros, pero también con importantes diferencias programáticas.
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La clave del acuerdo estuvo principalmente dada por el pacto realizado entre el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y el partido de independentistas catalanes, Junts. Entre otras cosas, el acuerdo supone la aprobación de una ley de amnistía para los presos catalanes que participaron de la consulta popular promovida en Cataluña en 2017.Otro de los actores claves para arribar a los entendimientos, fue Sumar, con quienes acordaron temas de impacto en el mundo del trabajo, como la reducción de la jornada laboral y ajustes salariales.
El proceso para elegir al presidente, estuvo atravesado por duras polémicas entre el PSOE y el PP (Partido Popular), provocando una alta tensión política y social, que incluyó movilizaciones, trabas parlamentarias y acusaciones de grueso calibre. En las últimas horas se registraron agresiones a parlamentarios socialistas, lo que evidencia el estado de situación.
Desde filas derechistas reclamaron al PSOE por entender que el partido estaba cediendo frente a los independentistas catalanes y advirtieron sobre los riesgos que eso implicaría para la integridad de España. A esto se debe sumar, la radicalizada posición del partido ultraderechista VOX, que logró coincidir con muchos de los planteos del PP, y viceversa. Las acciones conjuntas buscaban impedir la reelección de Pedro Sánchez como presidente de España.
Por su parte, los socialistas le pidieron al PP que aceptaran los resultados de las elecciones y no continuaran por el camino de las agresiones. El mensaje, les fue dado por el mismo Sánchez desde Málaga quien realizó un llamado al partido de derecha “para pedir cordura y mesura, que acepte el resultado de las urnas y la legitimidad del gobierno” al tiempo que les reclamó “decir no al abrazo del oso de la ultraderecha y que abandone la senda reaccionaria por la que hoy avanzan hacia el abismo”.
Con la elección del nuevo presidente, España tiene por delante 4 años de gobierno de Pedro Sánchez. La mayoría parlamentaria alcanzada para la elección presidencial, no implica una mayoría legislativa de gobierno. Por lo que el PSOE deberá tejer acuerdos y alcanzar mayorías si pretende que sus proyectos no fracasen en el parlamento.