Venezuela fue a las urnas el domingo 3 de diciembre. Se trató de una elección en un referéndum consultivo para decidir sobre un territorio en disputa con Guyana: el Esequibo o Guayana Esequiba, 160.000 kilómetros cuadrados al oriente del país que según Caracas fueron robados por Gran Bretaña en el siglo XIX.
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La elección concentró la atención nacional e internacional, tanto por las implicancias del resultado del referéndum en su disputa con Georgetown y sus aliados, como por los intentos del Gobierno de Guyana de impedir la realización de la votación vía pedido a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que finalmente no se pronunció en ese sentido.
Las implicancias fueron ratificadas por el presidente Nicolás Maduro al día siguiente de realizado el referéndum: fue consultivo y vinculante, aseguró. Ese decir que lo que se votó será tomado como mandato recibido por parte de los 10.431.907 votantes que según el Consejo Nacional Electoral se expresaron el domingo en una contienda envuelta en una gran narrativa nacionalista.
La causa nacional
Uno de los elementos distintivos de la elección fue la convocatoria a la misma por parte de los principales dirigentes de la oposición venezolana. El domingo votaron dirigentes como los excandidatos presidenciales Henrique Capriles Radonski y Javier Bertucci, el probable candidato presidencial Benjamín Rausseo, alcaldes y gobernadores pertenecientes a la oposición.
Las razones esgrimidas para hacerlo fueron varias: la defensa de una demanda sin bandera partidaria ni de gobierno, o la necesidad de votar cada vez que existe la posibilidad de hacerlo.
“Venimos acatando el mandato de la Plataforma Unitaria, que acordó y recomendó a los venezolanos analizar las preguntas, opinar y votar en este referendo que nos permite, después de la revisión y reflexión de cada pregunta, opinar para defender un pedazo de tierra”, afirmó Manuel Rosales, gobernador del Estado Zulia, al momento de votar en el referéndum.
Quienes desistieron de acudir fueron María Corina Machado, dirigente de Vente Venezuela que ganó las primarias opositoras del 22 de octubre y busca ser habilitada para postularse como candidata, y el partido Voluntad Popular que se alió a ella en las primarias. Machado, al igual que otros opositores, como Radonski, cuestionó luego el resultado de participación anunciado por el CNE.
La implementación del referéndum
Las preguntas del domingo implicaban desconocer el Laudo de París de 1899 que le dio la posesión del territorio en disputa a Guyana; defender el Acuerdo de Ginebra de 1966 que reconoció que el territorio seguía en disputa y que por lo tanto la posesión de Guyana no era un caso cerrado; desconocer la jurisdicción de la CIJ en la controversia; y crear el nuevo estado -provincia- venezolana: la Guyana Esequiba, la número 24.
Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, aseguró el día de la votación: “La pregunta cinco comienza en si la gente está de acuerdo en que se cree el Estado Guayana Esequiba, y cuando hicimos la campaña y hacíamos referencia a las preguntas esa era la que generaba más emoción, porque no solo es el Estado, es la cédula, la nacionalidad y son los planes de desarrollo para esa zona, que siempre ha sido nuestra. No le estamos quitando nada a Guyana, eso nunca ha sido de Guyana, eso siempre ha sido de Venezuela”.
La pregunta es ahora cómo será ese paso y hasta dónde. Puede anticiparse que existirán cambios en los mapas donde el territorio marcado hasta ahora con rayitas pasará a ser parte plena, mientras que lo demás es aún zona de especulaciones por las implicancias en el marco de una disputa que no es solamente con Guyana, sino con la empresa petrolera estadounidense ExxonMobil y el Gobierno de Washington.
Anuncios de escaladas
“Todas las opciones están sobre la mesa para la defensa de nuestro país. Hasta ahora hemos explorando vigorosamente la ruta legal y hemos tenido éxito allí, hemos explorado la ruta diplomática y hemos tenido un éxito abrumado allí. Y ahora estamos explorando la cooperación en materia de defensa con varios países”, anunció, previo al referéndum, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo.
Jagdeo había anunciado días atrás la posibilidad de instalar “bases militares” junto a Estados Unidos en el territorio en disputa, en el marco de una narrativa que presenta a Caracas como el agresor que no reconoce el derecho internacional. Así lo expresó el presidente Irfaan Alí el mismo domingo de las elecciones, en las cuales realizó un acto en un estadio cargado también de elementos nacionalistas.
Los tiempos y formas de la continuidad del conflicto parecen depender de varias cosas: las siguientes instancias de la CIJ que Caracas no reconoce en su jurisdicción sobre esa controversia; las negociaciones con Washington que abarcan desde condiciones electorales hasta las flexibilizaciones sobre el bloqueo; o los propios tiempos electorales en Venezuela donde habrá presidenciales en el 2024.
La cantidad de intereses que confluyen en Guyana anticipan que será una disputa que continuará y podría ir en escalada. Ni Venezuela parece dispuesta a renunciar a su soberanía sobre un territorio que reclama como propio y quedó ratificado en el referéndum del domingo, tampoco Guyana, ni ExxonMobil que encontró en el pequeño país sudamericano una nueva meca petrolera a corta distancia de las costas estadounidenses.