Horas antes de la medianoche de este miércoles, el fiscal de Agrigento (Sicilia), Luigi Patronaggio, había ordenado, tras realizar una inspección del buque, su incautación y el desembarco inmediato de los náufragos. Anterior a la orden del fiscal italiano, había zarpado de la base naval de Rota (Cádiz) el buque de la Armada española Audaz con la misión de recoger a los 83 migrantes. «En principio», la embarcación «continúa» su ruta hacia Lampedusa.
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El Open Arms entró lentamente en el puerto de Lampedusa escoltado por dos patrulleras de la Guardia Costera italiana. Comenzó entonces el desembarco de los migrantes, que habían celebrado a bordo entre aplausos y abrazos la decisión del fiscal Patronaggio, como se aprecia en un vídeo difundido por la ONG que gestiona el barco. Cuando por fin entraron en el fondeadero de la isla, donde un grupo de personas los recibió con aplausos y gritos de “ciao ragazzi” (“hola chicos”), algunos en la nave comenzaron a cantar Bella Ciao, el himno partisano italiano, mientras el buque surcaba los últimos metros antes de atracar.
Tras una breve inspección de la policía portuaria, los 83 náufragos comenzaron a desembarcar uno a uno. Algunos descendían las escalerillas con dificultad; otros se tenían que detener a la mitad, deslumbrados por los focos que las autoridades habían colocado poco antes en el puerto. Y todos se despedían de la tripulación con abrazos y sonrisas.