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La instancia sirvió para analizar la actuación del sector del Frente Amplio (FA) y definir líneas a futuro, pero además fue la previa de la elección interna del 7 de agosto, en la que Gonzalo Civila irá por la reelección al frente de la Secretaría General. Y, precisamente, el diputado salió fortalecido ya que 80% de los delegados presentes en el club Cordón, donde tuvo lugar la discusión, aprobó su rendición de cuentas.
En cambio, las únicas dos rendiciones de cuentas de secretarías internas que están en manos de la denominada ala renovadora, que es minoría dentro del PS, no fueron aprobadas por no alcanzar los votos necesarios, lo que reflejó la división interna. Estas fueron las secretarías de Programa y Pensamiento Estratégico, a cargo de Viviana Piñeiro, y la de Gobiernos, a cargo de la exsecretaria general y expresidenta del FA Mónica Xavier.
La conclusión que sacaron algunos participantes del congreso es que la instancia fue un espaldarazo para el actual secretario general y que la diferencia en los comicios probablemente sea mayor a la prevista hasta hace unos días, cuando algunos pronósticos internos indicaban que la elección resultaría en 60% a favor de los ortodoxos, representados por Civila, y un 40% restante a dividir entre las dos corrientes alternativas.
Civila dijo que “fue un congreso de mucho debate, en un clima muy constructivo en general, donde se abordaron temas fuertes para la vida del partido”. Señaló que le tocó estar al frente “en un período complejo”, con “cambios en la línea política que estuvieron signados por ciertos conflictos” internos, pero destacó que “hubo un respaldo muy masivo” a la dirección, lo que consideró “muy importante porque habla de que hay una línea política que se reafirma y una fuerza para poder seguir adelante con ella”.