¿Cuál es el panorama actual de la batalla mediática en Uruguay?
En Uruguay, nos enfrentamos a un mercado mediático oligopólico, donde los medios alternativos y comunitarios luchan en condiciones desiguales contra los grandes conglomerados mediáticos. La presencia del sector público es mínima, lo que dificulta la articulación de políticas contrarias a la hegemonía establecida. Esta desproporción limita la capacidad de la izquierda para promover sus ideas y valores en el ámbito mediático.
¿Cuáles son las estrategias para la izquierda en esta batalla?
Desde mi perspectiva, hay tres dimensiones fundamentales. En primer lugar, la dimensión infraestructural es crucial. La izquierda necesita una infraestructura mediática consolidada que garantice un alcance masivo de sus mensajes. Esto requiere inversión y estímulos, especialmente en los medios públicos. Sin embargo, es importante destacar que el objetivo no es utilizar los medios públicos como instrumentos de propaganda partidista, sino como herramientas para promover una comunicación alternativa y crítica.
¿Cómo puede ser un medio público un mecanismo contrahegemónico?
Un medio público contrahegemónico debería tener una orientación editorial que cuestione el statu quo y promueva la diversidad de opiniones. Esto no implica convertirlo en un órgano de difusión exclusiva de las políticas del gobierno de turno, sino en un espacio donde se fomente el debate y la reflexión crítica. Programas como Legítima Defensa 2da Dosis, Caras y Caretas y otros medios alternativos son ejemplos de esta perspectiva contrahegemónica, que busca construir una ciudadanía informada y participativa.
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La batalla mediática representa un desafío significativo para la izquierda en Uruguay y en todo el mundo. Sin embargo, mediante la inversión en infraestructura mediática y la promoción de medios públicos contrahegemónicos, la izquierda puede comenzar a equilibrar la balanza y promover sus valores en el ámbito mediático.