Por otro lado, hizo hincapié en los desafíos que enfrentan las políticas de género en el país, señalando que la red de atención a mujeres en situación de violencia y las políticas de cuidado han sufrido reducciones significativas. Además, destacó otras problemáticas como la encarcelación por el microtráfico y la pobreza, que impactan de manera desproporcionada en las mujeres y disidencias.
En cuanto a la gestión del actual Gobierno en materia de género, González expresó su preocupación por la falta de avances visibles. Señaló que el perfil del Instituto Nacional de las Mujeres “ha sido muy bajo” y que se han observado retrocesos en temas como la ley de tenencia compartida.
¿Cuáles son las principales problemáticas de las mujeres en la actualidad?
Creo que una de las cosas importantes es comprender que los problemas de las mujeres son los problemas de toda la sociedad: la seguridad, el trabajo, la vivienda, la educación. Lo que sucede es que todos esos problemas afectan de forma diferencial según la perspectiva de género. Por otro lado, considero que la agenda de género pone arriba la mesa otros enfoques, por ejemplo el de los cuidados y de las desigualdades más estructurales y más desestructurantes de las mujeres. La cuestión no es cuál es el problema, sino cómo se construyen los problemas políticos específicos.
¿Cómo afecta la actual crisis económica y social a las mujeres y disidencias?
La crisis económica afecta de forma diferenciada a las mujeres porque las mujeres son más pobres, entonces quiere decir que sí tienen mayor vulnerabilidad y más dificultad para el acceso al empleo y a empleos de calidad, cruzado con la dificultad del acceso a los cuidados. Me parece que eso evidencia en el caso de las mujeres que es bastante más difícil salir de situaciones de pobreza.
Políticas de género
¿Qué desafíos enfrentan las políticas de género en la actualidad?
Las políticas de género tienen muchos desafíos. La red de atención a mujeres en situación de violencia y las redes de las políticas de cuidado han sufrido reducciones, eso ha sido notorio. También la encarcelación de mujeres por el microtráfico, la pobreza, la salud mental, el consumo problemático, son problemas estructurales de una porción de la población que por supuesto también afecta fuertemente a las mujeres.
¿Cómo evalúa la gestión del actual Gobierno en materia de género?
No hemos visto mucho. Desde la perspectiva del espacio público, el perfil del Instituto Nacional de las Mujeres ha oscilado entre el perfil bajo y lo inexistente. Hemos escuchado en ocasiones muy concretas algunas opiniones, pero prácticamente no hemos sabido que existen. No se ven avances, pero sí retrocesos, y muchos. Creo que la ley de tenencia compartida es un retroceso, así como los debates en el espacio público. Con la discusión sobre la tenencia compartida, se han puesto arriba de la mesa voces disidentes. Por otro lado, ha habido casos particulares como el de [Gustavo] Penadés que requieren una revisión por parte del Gobierno acerca de cuál es el respaldo que le van a dar los principales líderes del país a las víctimas de violencia de género. En términos simbólicos, esto fue mucho más grave de lo que parece.
¿Hay diálogo entre partidos políticos sobre temas de género?
No hemos realizado diálogos desde la fuerza política. Entre nosotras, con legisladoras, podemos tener espacios informales de intercambio, pero no hay un espacio interpartidario de mujeres que ponga temas en la agenda.
¿Por qué cree que sucede?
Puede ser porque tenemos enfoques distintos sobre cuáles son los problemas. Muchas de esas mujeres, por ejemplo, lideraron el proceso de la tenencia compartida o de enfoques que nos quedan lejos a las mujeres de izquierda. De todos modos, siempre está la posibilidad de la puerta abierta para hablar. En particular, estructuras de género solo tiene el Partido Colorado. En el caso del Partido Nacional no lo tengo presente, desconozco si tienen un área de género o que aborde la desigualdad de género.
¿Cómo puede el Gobierno mejorar la representación y participación de las mujeres y disidencias en la política?
Los gobiernos pueden mejorar la representación. Los partidos tienen un rol importante en la promoción de mujeres, tanto así que la ciencia política marca la oferta y la demanda de mujeres, es decir, la cuota necesaria de mujeres, eso es la paridad. El sistema requiere de mujeres, lo que permite que las mujeres se puedan preguntar si están dispuestas a ser parte. Luego, hay otro problema que son las limitaciones más estructurales, como los cuidados y la desigualdad en el uso del tiempo entre hombres y mujeres. Eso es un problema bastante importante a nivel mundial, sobre todo para mujeres en edad reproductiva.
Debates
Todavía hay quienes siguen discutiendo si Uruguay está preparado para tener una presidenta mujer
No me parece que nadie pueda afirmar que no lo está, o sea, ¿por qué no estaría preparado?, ¿cómo se prepara un país? Creo que un país está preparado en la medida que haya una mujer que tenga los votos. Además, las encuestas de ONU Mujeres han mostrado que hay buena consideración en relación a eso.
Un debate recurrente de los últimos tiempos es si feminismo y derecha son conceptos compatibles, ¿qué pensas al respecto?
Es una discusión bastante larga. Como no tengo un feministómetro no puedo evaluar quién es o no es feminista. Entiendo que el feminismo como corriente teórica siempre ha tenido feminismo liberal y siempre ha habido un feminismo preocupado por causas que, en mi caso, como una mujer de izquierda, no milito. Creo que es una discusión medianamente intrascendente y que una debería tratar de no negar a la otra, pero yo milito otro feminismo.
¿Qué reflexión le surge pensando en este Día Internacional de la Mujer, especialmente en el contexto político y social actual de Uruguay?
Creo que los feminismos tienen muchas preguntas para hacerse. Una de las cosas que pasa en los años electorales es que es difícil posicionar las agendas de las mujeres. Es difícil posicionar mujeres. Los años electorales son años muy hostiles. Hay muchas mujeres que se pierden de los procesos políticos. Está bastante demostrado que repiten mucho menos su participación en los parlamentos. Entonces, creo que tenemos muchos desafíos. En particular, que las voces de las mujeres y las disidencias sean incorporadas en las discusiones de la campaña. Creo que está muy en boga la discusión sobre las infancias y el blindaje de las infancias y eso tiene que ir abrazado a una idea de igualdad de género y que las mujeres no críen solas. Es imposible un modelo en el que las mujeres tienen que criar solas y que están responsabilizadas solo ellas de los hijos. Entonces me parece que ahí hay un problema estructural para discutir.