Los movimientos en la interna del Partido Colorado hacia las próximas elecciones internas ha generado un singular interés, ya que los candidatos que se están barajando todavía no se han pronunciado oficialmente. Pero está claro, aunque no se hagan públicas, que las discusiones y negociaciones están agitadas (y entretenidas). Por un lado, ya se habla del regreso de Pedro Bordaberry, aunque falta su definición formal. También está el nombre del ministro de Turismo, Tabaré Viera, del sector Batllistas. Y otro nombre que se maneja es el de Robert Silva, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), lo que ha cobrado bastante fuerza en los últimos días después de que el sector Ciudadanos, liderado por el exministro y senador Adrián Peña, anunciara que no apoyaría a Bordaberry y que se la jugarían con una candidatura propia.
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Silva, figura del gobierno que ha estado varias veces en el ojo de la tormenta por sus actuaciones en el campo educativo, ha evitado con relativa "elegancia" cualquier definición en materia electoral. Esta actitud, ha dicho, es para evitarse "problemas" con el artículo 77 de la Constitución, en el que establece que los jerarcas de entes autónomos del Estado manifiesten públicamente sus opiniones político partidarias.
No obstante, el jerarca -que fue parte de la fórmula presidencial colorada con Ernesto Talvi- siempre se las arregla para dejar alguna "disimulada señal" de sus intereses electorales.
Esta actitud se hizo más que evidente en una entrevista que concedió en la mañana de este martes al programa Desayunos informales de Canal 12.
“Tengo inhibición constitucional y no puedo hablar del tema", fue lo primero que dijo ante la previsible pregunta de los periodistas."A partir de distintos artículos en medios, este tema está tomando una notoriedad pública que, como decimos en Tacuarembó, puede hacer meter la pata, y yo no quiero meter la pata”.
Además, siguió, “estoy todo el día metido en esto, mi foco está en esto, todo el día pensando en la educación, sin perjuicio de que he tenido militancia toda mi vida en el Partido Colorado". En fin, un funcionado abnegado y dedicado. Ahora "tengo inhibición constitucional, por lo tanto, a todos los compañeros les pido que tengan la prudencia necesaria con estos temas, que no generen lo que muchas veces puede generarse”. Claro, la posibilidad está abierta.
Acto seguido, Silva se atajó: si llega a manifestar públicamente la candidatura, los "discursos de algunos actores" (léase la oposición y los gremios de la educación) se harían un festín. Estos actores, subrayó, siguen diciendo que su gestión tiene todos los signos de una campaña electoral. Y eso, enfatizó, "desmerece" toda el proyecto de transformación educativa.
Pero siempre hay un "pero". Si bien él está inhibido de hablar sobre temas partidarios, sus correligionarios no. “Quiero ser muy franco", confesó. "Yo no puedo inhibir a la gente, porque de mi esencia está la libertad".
¿Qué pasará, entonces? ¿Silva y sus correligionarios se la jugarán en algún momento? ¿Qué cartas se están manejando en la interna colorada, que se agitó con esta posible vuelta de Pedro Bordaberry? Lo cierto es que esta historia ya promete tener nuevos y jugosos capítulos.
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