En el mundial de Brasil del 2014, el periodista Mateo Grille le realizó a Diego Armando Maradona una entrevista para Caras y Caretas.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Participaba Maradona junto a Víctor Hugo Morales de un programa deportivo que una vez mas en la vida del argentino, provocaba a la hegemonía de las cadenas internacionales de difusión del fútbol, ya desde su nombre: «De zurda».
Decía la nota en aquel momento: «decir para nosotros –dice Maradona a Caras y Caretas–, es facilísimo decir todo lo que decimos, porque si la organización del fútbol mundial está llena de corruptos, lo que tenemos que hacer es denunciarlos. Gracias a Telesur y a De zurda, podemos desenmascararlos. No puede ser que ellos ganen 4 mil millones de dólares y el campeón del mundo se lleve 36 millones. Es lo más increíble del mundo. Ellos son los más inútiles del mundo, porque lo único que hacen es firmar contratos. Después tienen a todo el mundo comprado para que a veces les vayan diciendo qué cosas se pueden cambiar. Tienen técnicos pagos, ex jugadores pagos, pero, eso sí, ninguno de ellos hace nunca nada. En definitiva, se la llevan toda. Y siempre fue así, y no puede seguir siendo así”.
Algún rato después, comentarán, todos, las alternativas del partido. Diego dirá por qué le parece que sucedieron las cosas, y lo deportivo irá cediendo espacio para que emerja la otra cara, la que le pega de zurda. Cuando Maradona ve la noticia publicada en C aras y Caretas sobre los próximos pasos judiciales en Uruguay y la convocatoria a los dirigentes del fútbol mundial, habla de los corruptos. Pero va más allá. Ante la pregunta concreta de su opinión sobre este hecho, responde: “Ese tema lo estoy siguiendo muy de cerca; yo también me voy a sumar a esta denuncia de la mutual. Porque la FIFA es rica, la Conmebol es rica, pero los equipos son cada vez más pobres. Eso no tiene que seguir sucediendo, y, si no, habrá que parar el fútbol, se enoje quien se enoje. Y además, de una vez por todas, hay que darles el poder a los presidentes de los países, para que también se pueda sancionar a aquellos que roban dentro de la FIFA. Ellos tienen el descaro de sancionar a los
jugadores de fútbol, pero a ellos no los sanciona nadie”. Víctor Hugo acompaña, asiente cuando le parece, habla del latinoamericanismo, del Mundial de la gente, del despertar del fútbol americano, del mítico relato que le
devuelven por las calles cada vez que lo ven. Y ambos comparten, felices, las entrevistas, cuando, sin aviso, aparecen en medio del, programa más odiado por la FIFA el presidente de Ecuador, Rafael Correa, nuestroPepe Mujica, Nicolás Maduro y Ernesto Guevara March, el Ernestito al que el Che le dedicó aquella tan emocionante carta de despedida. Y, por si fuera poco, hasta Fidel ve De zurda.»
En un articulo el columnista Rafael Bayce pintará así la imagen del astro del fútbol: ¿Cómo evaluar la relación Maradona-Medios de Comunicación? ¿Lo explotan? ¿Lo han fabricado? ¿Ambas cosas? ¿Lo han usado últimamente en desmedro de su salud? ¿Los medios son obscenos y se inmiscuyen sin ética? ¿Es la gente la que demanda ese ‘circo’?
Nos asaltan otras preguntas. ¿Por qué es Maradona el ídolo que es y no Sábato, o Borges, o Favaloro? ¿Podría pasa algo parecido en Uruguay? Probablemente no. ¿Y por qué no? En primer lugar, Maradona ha sido considerado el mejor jugador del deporte más importante del mundo. Y ello es un legítimo orgullo para todos los argentinos, que se sienten importantes, gloriosos, famosos, ricos, exitosos, vicariamente a través y por Maradona.
Pero, más allá de eso, en segundo lugar, Maradona es un ícono en el que los de su humilde origen social ‘proyectan’ psicosocialmente sus ilusiones, sus deseos, su imaginario y sus necesidades. Todos y cada una de los ‘villeros’ argentinos, de los nacidos o residentes en alguna ‘villa miseria’, en algún lugar como el Villa Fiorito natal de Maradona, se sienten partícipes de lo que él consiguió y creen en ese ‘imposible’ racional como irracionalmente ‘posible’; alguien pudo realizar el ‘milagro’ de saltearse las probabilidades racionales y una desigualdad de oportunidades casi imposible de superar.
En la adoración de Maradona, cada uno y todos vitorean la posibilidad de vencer a su destino manifiesto en el cálculo de probabilidades sobre su futuro. En ese altruismo de la vigilia en los sanatorios, de las ofrendas, están presentes los mismos elementos mágicos de cualquier ofrenda religiosa. Maradona es un ‘santo villero’, realmente, es un ‘ejemplo de vida’ (eso quiere decir santo), no por sus virtudes privadas sino por su capacidad pública de conseguir lo que los otros de su mismo origen no podrían. Y por eso se le piden ‘milagros’: porque ya hizo muchos en su vida, porque ya se salteó las probabilidades, porque consiguió imposibles, porque generó autoestimas colectivas de identidades que normalmente no generan autoestimas colectivas.
Los villeros podemos ser ricos, famosos, exitosos, campeones mundiales e ídolos de los más poderosos que nosotros. Los villeros podemos ser admirados por todos los argentinos y por todo el mundo.»
Quedará entre los mejores recuerdos su exquisita forma de manejar la globa y haber cuestionado el Poder, siendo de alguna manera parte del mismo.