La fiscal de Delitos sexuales de 6º turno, Alicia Ghione, imputó este jueves a dos hombres en un caso de explotación sexual que tenía lugar en un apartamento del barrio Bella Vista.
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Según informaron desde la Fiscalía General de la Nación, uno de estos hombres, de iniciales FMML, fue imputado por “reiterados delitos de trata de personas en la modalidad de explotación sexual, un delito de tráfico interno de armas y municiones y un delito de receptación, todos en régimen de reiteración real, en calidad de autor”.
Al otro, de iniciales DMSC, le imputaron “reiterados delitos de trata de personas en la modalidad de explotación sexual y un delito de tráfico interno de armas y municiones, todos ellos en régimen de reiteración real, en calidad de autor”.
Ambos imputados deberán cumplir prisión preventiva por 150 días como medida cautelar, mientras continúa la investigación.
En su solicitud de formalización, la fiscal del caso detalló el accionar de los imputados, quienes “mediante ofrecimiento u engaño”, promovían a las mujeres a “ejercer la prostitución, explotándolas, cobrándoles comisión por cada cliente, por el uso de las instalaciones, multas por inasistencias o llegadas tardes, impartiéndoles directivas de los servicios que prestan, así como de horarios y demás”.
Ghione explica que las mujeres explotadas en el apartamento del barrio Bella Vista eran captadas de distintas maneras, una de las cuales consistía en ofrecer “cursos de fotografía en la red social Instagram y en la página del Gallito”.
“Se advierte el engaño en la captación, ya que las mujeres creídas de que van a tomar un curso de fotografía, o que se están postulando para otro tipo de trabajo, establecen el contacto”, expresa la fiscal.
Por otra parte, en otros casos las publicaciones para captar mujeres no estaban “claramente redactadas” y se referían al trabajo únicamente como “apartamento privado”.
Según Ghione, esto provocaba que algunas mujeres se postularan “por la necesidad de conseguir trabajo”, y una vez realizado el contacto telefónico, los imputados intentaban “lograr el convencimiento mediante persuasión, surgiendo de la investigación que algunas de ellas se iniciaron en el trabajo sexual a raíz del ofrecimiento”.
“Es de destacar que cuando se realiza la captación, no se les pregunta su edad, ni tampoco se le pide que lleven a la entrevista personal documento alguno, ni exámenes médicos, ni carné de trabajadora sexual, por lo que se presume que podrían también emplear menores de edad, debiendo indicarse que en varias escuchas, surgen de las conversaciones telefónicas mantenidas entre F. y D., que refieren a contratar chicas más jóvenes”, agrega la fiscal.