La Noche de la Nostalgia marca el regreso formal de las fiestas, de los bailes y de la noche hasta las 5 de la mañana. Algo que hace un mes atrás parecía imposible.
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El gobierno marcó esta fecha como una nueva “clavija” que se mueve rumbo a la nueva normalidad, con los riesgos que implica, y que cada “nostálgico” asumirá por su cuenta.
¿Cuáles serán las consecuencias sanitarias? El tiempo lo dirá.
El ministro Salinas dijo que se trata de una “fiesta polémica” y recordó que la pandemia no terminó (por si alguien se había olvidado). Y otra vez, habrá que esperar 15 días para conocer las consecuencias de una noche de nostalgias.
Las recomendaciones y los protocolos se vuelven tan ambiguos como la diferencia entre “fiestas habitadas” y “fiestas no habilitadas”.
“Habrá inspecciones”, adelantaron las autoridades, sin que nadie les preste demasiada atención.
Según el mensaje oficial podría llamarse también “la noche de la libertad responsable”, porque el gobierno dejó en claro que cada quien asume su propio riesgo. A hacerse cargo.
“Nadie puede ignorar los riesgos que toma cada persona individualmente, y si quiere a su familia y a sus compañeros de trabajo, deben cuidarse más, mantener uso de tapabocas y avisar a prestadores de salud si tiene síntomas”, señaló Salinas.
Otra cosa queda clara. Después de la nostalgia, vuelven las marchas, las movilizaciones y los actos multitudinarios, porque ley pareja, no es rigurosa.