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Columna destacada | meteorológico | tiempo | cielo

Cielos

Informe meteorológico verdaderamente falso

La hipertrofia audiovisual dedica cada vez más tiempo al tiempo. Al estado del tiempo pero no de "el tiempo". La acepción climática nos inunda de una jerga meteorológica pautada por la situación sinóptica y la sensación térmica. La reflexión sobre el tiempo puede esperar.

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Cielo claro y algo nuboso con algunas precipitaciones aisladas y probables tormentas por la noche. Vientos moderados y algo fuertes desde el sudeste. Veintidós grados de temperatura. Es el Weather Channel monitoreando ininterrumpidamente el estado del tiempo y no aquellas predicciones de antaño con las que algún pronosticador afirmaba que haría frío o calor según el reuma en sus huesos o el dolor de los callos tras poner los pies en una palangana con salmuera.

Ahora existe una parafernalia tecnológica que va desde el simple barómetro hasta satélites en órbita y sistemas computarizados capaces de predecir el huracán cuando parece estar gestándose en el imperceptible aleteo de una mariposa al otro lado del mundo.

Cielo

Hablamos del cielo y miramos para arriba a esa bóveda celeste que no existe. Decimos que somos de la tierra pero solemos tener tan solo los pies en ella. Estamos rodeados de cielo. Nuestro cuerpo está en el aire y respiramos cielo, un cielo que no está allá arriba, lejano, sideral, divino, sino aquí pegado a la tierra y a nuestro cuerpo.

Tiempo

La hipertrofia audiovisual dedica cada vez más tiempo al tiempo. Al estado del tiempo pero no de "el tiempo". La acepción climática nos inunda de una jerga meteorológica pautada por la situación sinóptica y la sensación térmica. La reflexión sobre el tiempo puede esperar. Tal vez para intentar olvidar a Kronos devorando a sus hijos, aquella perturbadora idea de la filosofía griega, de que el tiempo va generando todas las cosas, devorándolas después. Solo hay que darle tiempo al tiempo.

Guernica 1937

Una niña mira al cielo. Camina aferrada de la mano de su madre y ambas miran el cielo, como todas esas gentes en la mañana del lunes, día de mercado, en el centro de Guernica. Miran el cielo y las caras se vuelven una mueca de horror al sentir el ruido de los aviones de la Legión Cóndor, unidad aérea de la Luftwaffe alemana, acompañada por la Aviazione Legionaria italiana. Cuatro horas duró el bombardeo que redujo la pequeña ciudad a escombros, iniciando la Guerra Total de Franco y sus aliados. Casi total porque matan civiles pero dejan intacta la pequeña fábrica de armas de Unceta y Cia. Meses después, Picasso pinta el horror bajo ese cielo en blanco y negro y no hay olvido.

Vietnam 1967

El cielo se tiñe de naranja al norte de Saigón. El Napalm espesa de gel el aire mientras los nuevos aviones Cessna A-37 Dragon Fly surcan el cielo en picada ametrallando todo lo que se mueve.

Fueron la respuesta innovadora del mercado a los obsoletos caza de combate aire-aire. Artillados con una metralleta de 7,62 mm, insertada en la nariz, y una capacidad de 7000 tiros por minuto, también cuentan con mayor empuje en el motor turborreactor subsónico y duplican el peso total para transportar más municiones bajo las alas. Así, aquel Cessna T-37 Tweet dejó se ser un pajarito de entrenamiento de pilotos y se convirtió en un arma de contrainsurgencia diseñada para atacar desde el cielo al suelo y matar personas desarmadas.

El vuelo inaugural fue en octubre de 1964, pero recién se pudo utilizar en Vietnam en 1967 por cuestiones de ajustes de contrato. Mientras algunos facturaban millones de dólares, al otro lado del mundo morían millones de personas, para aumento de ganancias en la Cessna Aircraft Company o la General Electric que fabricaba los motores solicitados por el Pentágono bajo un programa de ciencia y tecnología, con presupuestos opacos derivados hacia el Complejo Militar-Industrial que celebraba en Wall St. Su eficacia militar y bursátil aumentó el apocalipsis, como lo cuantificó el uruguayo Oscar Ferrando en un poema titulado Breve biografía de un niño vietnamita: "Nació en una aldea bajo un bombardeo. Murió en la misma aldea bajo el mismo bombardeo".

En 1973, con aquella guerra ya perdida, Kissinger, también homenajeado con el Nobel de la Paz, redireccionaba pertrechos. Así, la Fuerza Aérea Uruguaya comenzó, en aquel año tan fatídico, a prepararse para recibir la generosa donación de su par norteamericana. Algo lentos, los militares, no los aviones, los primeros Cessna A-37 B llegaron a Uruguay en octubre de 1976 desde Wichita, EEUU, por si hubiera que surcar el cielo y bajar en picada sobre el pueblo.

Santiago de Chile 1973

El presidente constitucional está rodeado en el Palacio de La Moneda. Las tanquetas hacen fuego mientras los aviones de la FACH atacan desde el cielo. En otro ataque llamado Operación Silencio, bombardearon seis antenas de radios afines al gobierno. Los datos fueron aportados por el comandante del Grupo 7, Mario López Tobar, que incluso escribió un libro titulado “El 11 en la mira de un Hawker Hunter”, cuando se creían impunes.

La única que seguía al aire era Radio Magallanes. Su director, Guillermo Ravest Santis, contó que recibió una llamada. “Necesito que me saquen al aire, inmediatamente, compañero”, le dijo el propio Allende. Así, a las 9 de la mañana de aquel 11 de setiembre, el compañero presidente pronunció su último discurso que señaló la traición y le puso nombre a la esperanza en la lucha de los trabajadores y en que "se abrirán las grandes alamedas para que pase el hombre libre" algún día. Minutos después la radio fue silenciada.

Pero aquel ataque desde el cielo se cobró también la vida de una niña de 11 años, Jeannette Fuentealba Rodríguez, que, según un informe de la BBC de 2023, "vivía en la población San Gregorio, a menos de dos kilómetros de la antena de radio Corporación, el primer blanco de López Tobar". Su muerte fue silenciada.

Según testimonio de la familia, de su hermano también herido por el proyectil que cayó en la casa, “luego del impacto, la niña fue trasladada al hospital y tres semanas después, el 3 de octubre de 1973, falleció”. Su certificado de defunción decía que la causa de muerte era meningitis purulenta. En 2014, el cadáver de Jeannette fue exhumado y en 2017 su causa de muerte cambió. “Existencia de un traumatismo perimortem raquimedular / torácico de alta energía”, consta el nuevo certificado. La investigación sobre la muerte de Jeannette sigue en curso y aún no ha habido procesados. La Fuerza Aérea de Chile se ha negado a entregar información solicitada por la familia.

Bagdad 1991

Hace mucho calor en las tierras surcadas por el Éufrates y el Tigris. La mesopotamia donde florecían los jardines colgantes de la antigua Babilonia. Pienso en la civilización Sumeria, en las ciudades-templo, en los palacios asirios, en el fértil valle de Ur, en el Código de Hammurabi, el poema de Gilgamesh y en la escritura cuneiforme. Recuerdo la belleza esmaltada y polícroma de la Puerta de Ishtar, los bajorrelieves del Palacio de Nínive flanqueado por dos toros alados y me parece que veo el Zigurat con sus terrazas escalonadas culminando en el altar desde donde antiguos sacerdotes miraban el firmamento.

El cielo de Irak no muestra el horror de la Tormenta del Desierto desatada por el ejército invasor, sino el de quienes dicen defenderla. Mientras muestran el caos en tiempo real, en el ángulo superior derecho informan que está nevando en Vancouver, que está frío en Madrid, cálido en Johannesburgo, lluvioso en Santiago de Chile, soleado en Adís Abeba, templado en Dakar y la lista sigue y sigue auscultando, como no podía ser menos en el Sky Channel, los cielos del mundo mientras nos muestran en directo el infierno en la tierra.

Venezuela 2025

El nuevo matón del viejo imperio juega a la guerra en su patio trasero. Rememorando la Doctrina Monroe, declara el cierre total del espacio aéreo de Venezuela. Los cielos son la nueva fantasía imperial que habla de exclusión aérea mediante acto unilateral. La soberanía aérea es uno de los principios del derecho internacional contemporáneo. El Artículo 1 del Convenio de Chicago de 1944 establece que “todo Estado tiene soberanía plena y exclusiva sobre el espacio aéreo situado sobre su territorio”. El régimen de la aviación civil establece que "ninguna aeronave puede sobrevolar el territorio de otro Estado sin su consentimiento". Urge que organismos multilaterales rechacen esta medida por la integridad del sistema jurídico internacional y la seguridad aérea global. Mientras, clima tibio y cielo calmo en Montevideo.

Gaza (sin fecha)

Miro absorto las Sky News en wide-screen, ese cinemascope televisivo, flat y en paneles LED, y veo a todo color el horror en Gaza, asordinado tras la paz de los cementerios. Porque el clima, como la guerra, como el capital, es cíclico.

Hace mucho que Gaza no es el gran bazar donde hormigueaban transeúntes. Quienes se arriesgan por las calles no están fumando, riendo ni bebiendo en los cafés. El genocidio no para. Las tropas de Israel son la vanguardia de los colonos que lo ocupan todo.

Ya no se ven las estrellas en la noche, dice un hombre que carga a una niña en brazos y una bolsa para conseguir alimento. Tiene la tez de ese color oliva tan peculiar, la mirada profunda y el bigote espeso. “Ya no se ven las estrellas en la noche”, repite resignado, solo unas luces de drones que vuelan y unos ruidos que estallan a lo lejos o aquí cerca.

Miro la pantalla y veo la imagen de esta guerra atrapada en el encuadre acotado del ejército del opresor con su Mossad, su lobby y oficinas de convenios de investigación y desarrollo. Veo la dictadura en nombre de la democracia de quienes se creen dueños del mundo, sin entender que la única ley irrefutable de la historia es la caída, a su tiempo, a su debido tiempo, de todos los imperios y todos los tiranos, para que se vuelvan a ver las estrellas en el cielo.

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