El partido comenzó con los violetas imponiendo una presión alta ante la salida de los carboneros apostando a la velocidad por derecha con Lucas Agazzi siendo incisivo.
Así surgieron las dos primeras llegadas con desbordes largos y centros al área donde Diego Abreu en dos ocasiones ganó, pero sin poder darle dirección.
Y la primera polémica llegó pisando los 15’ cuando en un córner, Gularte agarró a un jugador violeta hasta que cayó en el área, pidiendo un penal que el árbitro desestimó.
Lo cierto es que el partido fue cayendo en un pozo tremendo, con pases mal dados, balones enviados sin destino aparente y faltas tácticas que le quitaban ritmo al juego.
Poco para ver y disfrutar en un trámite que se fue apagando y donde los talentosos que había mostraban poco y nada de sus condiciones.
La más clara de todas llegó a los 43' cuando una pelota cruzada a la izquierda que salió a cortar mal Guillermo de los Santos, le quedó servida a Jaime Báez que encaró ante la salida de Kevin Dawson, pero su definición dio en el cuerpo del arquero.
Peñarol cambió y lo ganó
Nada conforme con la respuesta ofensiva de su equipo, Diego Aguirre mandó dos variantes para el complemento colocando a Eric Remedi por Pedro Milans, bajando Trindade a jugar de lateral, así como a Maximiliano Silvera por Jaime Báez, apostando al doble nueve.
Ese movimiento sirvió para que Ignacio Sosa se soltara mucho más y con eso aparecieron pinceladas de fútbol, con eso el gol para el 1-0. A los 48' el volante encaró, tocó con Leonardo Fernández que de primera asistió la corrida de Matías Arezo y este la cruzó la pelota para vencer a Dawson.
Un tanto importante que dio tranquilidad al equipo y que además se vio impulsado por la expulsión de Diego Abreu por segunda amarilla, lo que dejó a los del Parque Rodó con uno menos en cancha.
Y el golpe de gracia llegó a los 61’ cuando una pelota quieta de Leonardo Fernández le quedó a Maximiliano Silvera para el remate luego que Dawson diera rebote y sentenciara el 2-0.
Revisión del VAR que determinó con el trazado de línea que el nueve estaba habilitado, pero la protesta violeta fue que Arezo, que estaba en fuera de lugar, fue a buscar la pelota a pesar de no tocarla, algo que se interpretó no influyó en la jugada.
Y de allí en adelante, fue todo un trajinar rumbo al cierre del partido, con alguna chance más para cada lado pero un triunfo inexorable para los aurinegros.
El pitazo de Motta consignó el 2-0 que le dio el festejo a Peñarol que llegó a su primera final en cuatro ediciones de la Copa AUF Uruguay, esperando por el ganador de Racing y Plaza Colonia que jugarán este jueves.