Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/AlfTuitea/status/1769484650030711074&partner=&hide_thread=false
Esta publicación desató la ira de Da Silva, que ya tuvo que dejar su banca por el regreso al senado de Javier García. Sin pudor ninguno, estampó en su posteo en respuesta a Alfin: "Este imbécil está a nada que lo revolquemos en fiscalía , donde tendrá que dar la cara de vejiga que tiene. Después te habla de campaña sucia este zurdito arrastrado".
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/camboue/status/1769509569171013636&partner=&hide_thread=false
Este cruce, quizás menor para el fondo de la discusión política, es otro signo que marca un cambio en los lenguajes y medios para una campaña política.
Estas "nuevas modalidades" se han extendido en otros países y tienen como impulsores a los llamados "odiadores de derecha", que han transformado a las redes sociales en arena de combate. Así como lo hizo el expresidente estadounidense Donald Trump, Javier Milei, en Argentina, llevó este estilo a límites riesgosos, no dudando en tratar de "ratas" o "traidores", más otro variopinto repertorio de insultos, a cualquier político, militante social o artista que se manifieste en contra de sus políticas.
En Uruguay no escapa a este fenómeno. Y Da Silva aparece como ejemplo muy claro, al tratar de "imbécil", de "vejiga" o de "zurdito arrastrado", al autor de un posteo humorístico, que juega con los nombres de algunos de los responsables de los escándalos de corrupción más graves de los últimos años.