La compra de nuevas patrullas oceánicas siguen trayéndole dolores de cabeza al Ministerio de Defensa. Desde el anuncio de la compra, el proceso de la operación generó diferencias dentro y fuera de la cartera.
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A mediados de julio, cuando se informó de la compra de dos buques a los astilleros españoles Cardama por la suma de 92 millones de dólares, el proceso fue cuestionado por el mismo jefe del Estado Mayor de la Armada, Gustavo Musso, quien, indicó que esta empresa no tenía experiencia en la construcción de patrullas oceánicas.
Según consigna El Observador, el contralmirante, elaboró una lista de los cinco astilleros estudiados y colocó a Cardama en el último lugar. Primero estaba otro astillero gallego, Gondán, y entre el segundo y cuarto lugar otros de Colombia, Francia y Corea del Sur.
La propuesta China
En las últimas horas la Comisión de Defensa del Senado recibió una carta firmada por el presidente de la empresa china Shipbuilding Trade que participó del proceso de compra y puso en duda la adquisición del gobierno.
Para la compra de los buques se había hecho un primer proceso licitatorio en 2021 que quedó desierto porque todas las propuestas superaban el presupuesto. La de China era la más económica pero alcanzaba los 168 millones de dólares. el Ministerio de Defensa contaba con un máximo de 120 millones.
Posteriormente se hizo un nuevo llamado y, según la carta enviada desde China, la empresa abarató su oferta y se puso a disposición para negociar.
En el marco de las diferencias en el proceso y el estado público que ha tomado, el Jefe del Estado Mayor de la Armada pidió pase a retiro.