Antes de fin de año, se conoció la noticia de los cierre de varias instituciones educativas privadas, lo que trae aparejado un doble impacto. Por un lado, en las familias, niñas y niños que asistían a los centros educativos; y, por otro lado, el duro impacto para los trabajadores de la educación que perdieron su fuente laboral.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Uno de los factores que incide en el cierre en los centros educativos privados, es la reducción de la matricula por baja natalidad. Según un informe difundido por El País, el gobierno estima que hacia el año 2030 se produzca una reducción del 25% de estudiantes, como parte de la problemática que plantea la evolución demográfica del Uruguay. Esta situación mantiene en alerta a diversos actores de la educación, como a directivos privados y trabajadores.
La matrícula en el ámbito privado, ha venido cayendo año tras año desde el 2019. El impacto se aprecia en la educación inicial, primaria y secundaria. De acuerdo al mencionado informe, en el año 2019 existían 119.581 estudiantes, en 2020 fueron 114.319, en 2021 cayó a 112.580 y en 2022 se redujo a 107.512. Los datos manejados por directivos de centros privados, estiman que la caída se ubica en el 3% por año, aunque no siempre el impacto es el mismo.
Juan Achard, integrante de Audec (Asociación Uruguaya de Educación Católica) considera que una de las alternativas que pueden manejar los colegios privados para enfrentar la situación de la baja matriculación, es la fusión entre instituciones. Al espectro dijo que “antes de hacer un cierre, dejar a las familias sin coberturas, dejar alumnos sin grupos de referencia, y a docentes sin fuentes de trabajo, se busca ver en qué medida podemos hacer absorciones y atender a la gente”, expresó Achard al citado medio.
El directivo estima que una de las principales razones de la reducción de la matrícula no se debe a la realidad económica sino a factores vinculados a la natalidad. Sin embargo, desde SINTEP, señalaron en diciembre del año pasado que la natalidad era un factor a tener en cuenta, pero no el único. El dirigente sindical Sergio Sommaruga había expresado que desde su punto de vista existen al menos tres componentes que explican los cierres de los colegios: “causas que son adjudicables a problemas de gestión y de planificación institucionales, son los factores propios de la conducción institucional de los colegios”.
Por otro lado, había mencionado que la coyuntura “tiene un impacto oscilante en función de la realidad del país, pero que en este caso ha habido una política salarial muy contractiva producto de los lineamientos de gobierno”. Finalmente dijo que el factor estructural, configura “el nudo estratégico del tema, que refiere a problemas de diseño en la matriz institucional del sector, que tengo que decir con toda claridad que ningún gobierno puso este asunto en el radar ni hizo nada al respecto”, había explicado Somaruga en Justos y Pecadores.