Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Política coalición multicolor | mercado electoral | campaña electoral

Todos en campaña

El candente mercado electoral de la coalición multicolor

Con las elecciones primarias cada vez más cerca, los partidos de la coalición multicolor reavivan sus debates internos y reclutan a dirigentes de otras filas.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Los precandidatos de los principales partidos que integran la coalición multicolor se desviven por sumar apoyos, generar alianzas electorales y reclutar políticos despechados de otros partidos, en la previa de unas elecciones internas que, se prevé, serán muy calientes; en un contexto de una coalición ya descolorida, que se debatirá entre la defensa férrea de la gestión del actual gobierno y los matices, pero que sabe que repetir la fórmula multipartidista será la única estrategia posible para competir en las elecciones nacionales de octubre.

En ese sentido, las elecciones de 2019 consolidaron la idea de un sistema político electoral uruguayo configurado en una disputa entre dos grandes bloques ideológicos. De un lado, el Frente Amplio y, del otro, una coalición que engloba a toda la derecha.

Dentro de ese conjunto de cinco partidos, tres son las principales fuerzas que, por caudal electoral, sostienen lo que se ha denominado como la coalición multicolor. No obstante, la poca horizontalidad que ha mostrado el gobierno liderado por Luis Lacalle Pou y el Partido Nacional, sumado a renuncias escandalosas de ministros y roces continuos entre sus socios, auguran una intensa disputa electoral en las internas partidarias, pero también un salvaje duelo de supervivencia política entre los partidos pensando en el 27 octubre.

Delgado y Raffo pretenden liderar la próxima coalición multicolor

Si algo caracterizó a este gobierno fue que nunca quiso salir de la retórica electoral. Y en ese escenario de confrontación, el exsecretario de la Presidencia de la República, Álvaro Delgado, fue una figura clave para mantener vivos los relatos que su fuerza política entendió efectivos para ganar en noviembre de 2019. Pero también prácticos a la hora de poner un escudo contra la oposición en las horas más difíciles del presidente, tras episodios indefendibles como el impune accionar de Astesiano o la cómplice estrategia para hacer llegar un pasaporte a un conocido narco y, encima, justificarlo.

Quizá fue por esa capacidad de Delgado, de defender a capa y espada una gestión cada vez más complicada en su credibilidad y manchada por episodios de poco apego a la ética y las normas, que el sector Aire Fresco (parte fundamental de Todos) que integra el presidente y su séquito más cercano, decidió, desde temprano, mover las fichas electorales de cara a 2024, de manera establecer una continuidad dialéctica de campaña político electoral para intentar tapar el humo negro de Torre Ejecutiva.

Así fue que el sector político del riñón de Lacalle Pou reclutó antes que a nadie a funcionarios manchados de su administración, como Luis Calabria, Santiago González, que pertenecían al sector Alianza Nacional, del difunto Jorge Larrañaga, al tiempo que barrió para adentro y recicló a figuras políticamente cuestionadas, como el exjerarca de Salto Grande, Carlos Albisu, e investigadas penalmente, como Roberto Lafluf, quien sigue operando como estratega electoral, pero ahora en la precandidatura de Delgado.

Pero la pradera del Gobierno siguió quemándose a pesar del forzado cortafuego, y durante el conflictivo y complicado 2023, otros sectores del Partido Nacional resolvieron que era buena idea presentar una candidatura alternativa más limpia de las salpicaduras de los escandalosos episodios en los que Delgado estuvo involucrado o les puso el pecho.

Fue entonces que desde la herrerista lista 71, liderada por Luis Lacalle Herrera, y por propuesta del exsenador Gustavo Penadés, surgió la precandidatura presidencial de Laura Raffo, que tuvo que abortar su plan político de largo plazo con miras a la elección capitalina de 2025, para meterse de lleno en la contienda política nacional.

nota política Simón 02.jpg
Laura Raffo y Luis Lacalle Herrera.

Laura Raffo y Luis Lacalle Herrera.

De este modo, la estrategia herrerista no parece ser otra cosa que un ensanche del escudo político, puesto en defensa de una administración cada vez menos transparente y popular, al tiempo que es funcional para asegurarse la próxima interna partidaria.

La jugada de los pragmáticos y viejos herreristas se justificó en los hechos, puesto que el declive de la figura del presidente también se vio reflejado en la caída de Delgado en las encuestas de cara a las elecciones internas del próximo 30 de junio, al tiempo que la precandidatura presidencial de la economista fue creciendo en los últimos meses según los últimos sondeos.

En ese afán de reunir nuevos apoyos, Raffo sumó a las filas de su agrupación Sumar a la exfiscal Gabriela Fossati, conocida por no querer inmolarse en la investigación del caso Astesiano, que era obstaculizada por los propios jerarcas del Ministerio del Interior y de Presidencia a los que debía investigar, según sus propios dichos en un mensaje que la abogada le envió al periodista de Caras y Caretas, Carlos Peláez.

En esa difusa disputa oficialista por encabezar la continuidad de un modelo político-económico, Raffo tuvo que enfrentar la caída de su padrino político, encarcelado por abuso sexual de menores de edad, y aceptar el padrinazgo ejercido en el seno del herrerismo por el propio Lacalle Herrera y Luis Alberto Heber (desde enero presidente del sector), que se tuvo que ir a regañadientes del Ministerio del Interior tras la difusión de la estratagema de ocultación de documentación por el caso del pasaporte a Sebastián Marset, que fue un tsunami en la mesa chica del Gobierno.

El wilsonismo militarizado de Gandini y el fallido acuerdo Argimón-Sartori

Asimismo, la inseguridad volvió escalar en la preocupación de los uruguayos, y una tercera precandidatura nacionalista del senador Jorge Gandini surgió con la excusa de una representación "wilsonista", pero con propuestas de ultraderecha como militarizar las calles para auxiliar a la desbordada Policía Nacional, en un contexto de gestión de seguridad ciudadana agotada y sin rumbo, sobre la que Gandini puso todos sus focos.

El sector que apoya a Raffo no se quedó atrás en el debate por la seguridad y propuso poner a consideración de la ciudadanía, para las próximas elecciones nacionales, un plebiscito para considerar la habilitación de los allanamientos nocturnos, una idea curtida y controvertida que ni siquiera ha logrado el consenso dentro de la coalición.

Asimismo, Gandini, el único que se siente libre de criticar la gestión de seguridad de su gobierno, cuestionó la precandidatura de Raffo, ya que entiende que junto a Delgado representan el mismo tronco ideológico dentro del Partido Nacional.

En ese escenario, la vicepresidenta Beatriz Argimón bajó su posible precandidatura y acordó una alianza programática con el agazapado y enigmático Juan Sartori. Pero el omiso senador no parece tener ganas de inmiscuirse en una campaña electoral con un horizonte de dudosas posibilidades de éxito y prefiere esperar su momento en 2029.

Así las cosas, la alianza Argimón-Sartori cayó más temprano que tarde y el presidente Lacalle Pou se movió rápido para reclutar a su compañera de fórmula presidencial en 2019, que a mediados de noviembre finalmente comunicó su apoyo a la precandidatura de Delgado.

El abanico colorado de cara a las elecciones internas

El urgido Partido Colorado (principal garante de la gobernabilidad del presidente) tuvo que mover rápido sus piezas desde el propio Gobierno en octubre del año pasado y surgieron cuatro figuras que ocupaban (y ocupan) cargos en entes públicos y ministerios, que se prendieron a la campaña electoral a pedido de sus respectivos sectores.

A la ya sabida precandidatura del diputado Gustavo Zubía, por el sector Tercera Vía, se sumaron las precandidaturas de Tabaré Viera (ministro de Turismo hasta marzo de este año), con el apoyo de Julio María Sanguinetti y el sector Batllistas; la de Robert Silva (extitular del Codicen), impulsada por el alicaído sector Ciudadanos; al tiempo que la lista 15 catapultó a Gabriel Gurméndez (expresidente de Antel) como su precandidato presidencial. Asimismo, se sumó a la contienda electoral Guzmán Acosta y Lara, que dejó su cargo como director nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual, para encabezar una precandidatura presidencial en el nuevo sector colorado independiente, denominado Viento de Cambio.

Entre lo viejo conocido y lo nuevo por conocer

Haciendo honor al nombre de su flamante agrupación, Acosta y Lara fue el primero en sacudir la modorra electoral de un partido que quedó huérfano de liderazgos tras la intempestiva renuncia política de Ernesto Talvi y la ausencia de Pedro Bordaberry (el dirigente colorado que mejor mide en las encuestas), al tener un fuerte cruce de declaraciones con Sanguinetti, todavía líder del partido, quien cuestionó la ocurrencia de la precandidatura de Acosta y Lara, mientras que este se manifestó en contra de la continuidad ilimitada del expresidente al frente de un partido que necesita renovarse.

Viera también pisó fuerte de cara a las internas y se jactó de ser el único presidenciable con experiencia de gestión y conocimiento del terreno político electoral, diferenciándose de las incipientes precandidaturas dentro del partido.

DAN_0515.JPG
Carolina Ache evalúa ser precandidata por el Partido Colorado.

Carolina Ache evalúa ser precandidata por el Partido Colorado.

La disputa por las ideas de Talvi

El último en sumarse a la contienda interna colorada, con el objetivo de representar al partido en las elecciones nacionales de octubre, fue el abogado Andrés Ojeda que, antes de pronunciarse como elegible para las elecciones internas, manifestó no sentirse representado por ninguna de las otras cinco opciones que estaban sobre la mesa.

De hecho, Ojeda salió a relucir su vínculo y diálogo con Ernesto Talvi, a quien consideró fundamental para tomar la decisión de postularse como precandidato de un nuevo sector, aún en construcción, pero que asegura defender mejor las ideas -del otrora candidato presidencial colorado en 2019- que el propio Robert Silva. Al igual que Acosta y Lara, el joven abogado pregona la urgente renovación del partido.

Los desafíos de Cabildo, el verticalismo maninista y los portazos

Cabildo Abierto irrumpió en la escena política en 2019 con un resultado electoral que sorprendió a propios y extraños, al tal punto de casi empatar el volumen de votos logrado por el Partido Colorado en la últimas elecciones generales. En tal sentido, entre los objetivos cabildantes para las próximas elecciones de octubre no está solo en consolidar lo logrado y mantener las bancas obtenidas en el Parlamento, sino también aspirar a transformarse en la tercera fuerza política del país en detrimento del trastabillante Partido Colorado.

Pero las últimas semanas no han sido fáciles en la interna del partido liderado por el senador Guido Manini Ríos, que de nuevo tendrá al excomandante en jefe del Ejército como único candidato presidencial de cara a la campaña electoral de 2024, lo que hace que la interna de su partido sea mucho menos atractiva que la de las otras fuerzas políticas. De hecho, una figura que entendían clave para este proceso electoral como el exministro de Salud Pública, Daniel Salinas, se retiró de la escena política bastante decepcionado tras la jugada sucia del Poder Ejecutivo, que le empantanó las posibilidades de presidir la Organización Panamericana de Salud, luego de un decreto flexibilizador de las políticas antitabaco implantadas por el expresidente Tabaré Vázquez, en beneficio de la tabacalera amiga del presidente Lacalle Pou, Montepaz.

nota política Simón 03.jpg
Guido Manini Ríos

Guido Manini Ríos

Pero el panorama electoral cabildante empeoró con la salida del partido del polémico diputado Eduardo Lust, que formó un partido propio, y por el reciente cambio de filas de su principal diputada, Elsa Capillera, antes nacionalista del sector de Javier García, que en los últimos días manifestó su apoyo a la precandidatura del colorado Ojeda.

El éxodo no terminó con Capillera, puesto que la semana pasada se conoció la renuncia de la diputada suplente Inés Monzillo, que se sumó a la precandidatura del nacionalista Delgado, no sin antes cuestionar el liderazgo ejercido por Manini Ríos en el partido, al tiempo que se desmarcó de las políticas llevadas a cabo por Irene Moreira mientras ejerció su cargo de ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial. La salida forzada de la ahora senadora, cuestionada por su arbitrariedad a la hora de otorgar viviendas, fue uno de los puntos de mayor tensión entre Cabildo y el presidente Lacalle Pou que, lejos de suavizarse con el tiempo, fue un elemento que agravó y ensanchó la grieta preexistente entre el partido de Manini y el presidente, que presagia un inevitable pase de facturas en las elecciones nacionales de octubre.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO